Los Pujol y los Tarragó liman asperezas en su batalla por el control de Ficosa
Las dos familias que fundaron la compañía han acabado en los tribunales para clarificar el reparto accionarial
El control de Ficosa es el motivo por el que los Pujol y los Tarragó, primos hermanos, acabaran en los tribunales. Pero las últimas semanas ambas familias intentan limar asperezas para evitar que un juez decida sobre el reparto del capital del grupo.
Los propios empleados de la compañía de componentes de la automoción especulan sobre un acercamiento de la familia Pujol a sus allegados, quienes llevaron a los tribunales su despido y la última ampliación de capital, una operación que tachan de opaca y que les dejó en minoría. El propio José María Pujol, fundador de Ficosa, asegura al ser preguntado por Economía Digital que si se han cometido errores no tiene ningún problema en admitirlos e intentarlos reparar. “Con mi edad, qué más podría pedir”, señala.
Segundo intento de pacto
El pacto siempre ha sido el camino ansiado por los Pujol. Cuando las discrepancias entre ambos salieron a la luz, con el despido de dos hermanos Tarragó de la dirección de Ficosa, declinaron hacer ninguna declaración respecto al desencuentro con sus primos hermanos. Hasta la fecha, han mantenido esta posición. También conservan su empeño en llegar a un entendimiento para superar este capítulo, según el propio José María Pujol.
Es la segunda ocasión que ambas familias el acuerdo extrajudicial. Hace aproximadamente un año concluyeron un proceso de mediación que terminó sin pacto. En ese momento, los Pujol ofrecieron a los Tarragó recuperar sus funciones en la cúpula de Ficosa, pero se llegó a un punto muerto al hablar del reparto de capital.
Futuro de Ficosa
La batalla en el accionariado que se intenta zanjar no es la única que se libra en la compañía. Los empleados siguen reclamando el plan de viabilidad que clarifique la estrategia para el grupo en los próximos años.
Por el momento, esta semana se ha presentado un nuevo expediente de regulación temporal que afectará a los 216 empleados de Ficosa Electronics que no trabajan en proyectos de automoción, según informa el comité de empresa.
Se trata de los trabajadores de la antigua Sony, la operación que dividió a los Pujol y los Tarragó. Así lo reconoció el ex vicepresidente de la compañía, Josep María Tarragó, ante el juez que investiga el caso ITV. Un elemento que no estaba sobre la mesa hace un año, cuando ambas familias intentaron el pacto por primera vez.
Declaración como testigos
La adquisición de Ficosa de los activos del grupo nipón en 2010, cuando abandonó Catalunya, es una de las operaciones que se investigan de la presunta trama que se lucraba con estas deslocalizaciones y que intentaba manipular el nuevo mapa de las estaciones de inspecciones de vehículos.
Tanto Tarragó como el consejero delegado de Ficosa, Javier Pujol, han declarado en esta causa en calidad de testigos.