El intento de Mango por parecerse a Zara lo lleva a pérdidas

La compañía de moda catalana registra 61 millones en pérdidas al tratar de traer nuevas prendas cada semana a sus tiendas

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La moda española suspira por parecerse a Inditex. El imperio mundial de Amancio Ortega basa gran parte de su éxito en la rápida respuesta a las tendencias del mercado: cada pocas semanas hay nuevas prendas en las perchas adaptadas a los gustos del consumidor. No es fácil de imitar. Que se lo pregunten a Mango. La firma presidida por Isak Andic ha registrado las primeras pérdidas de su historia tras aumentar la velocidad de la rotación del género en sus locales.

La compañía ha presenta números rojos –por cuarto ejercicio consecutivo ha reducido el beneficio— de 61 millones de euros. En un comunicado, la empresa reconoce que el plan fast fashion ha golpeado sus cuentas. “Es un nuevo modelo de negocio: la intención es que cada semana haya nuevas prendas de ropa en los escaparates, lo que nos permite responder mejor y más rápido a las necesidades del mercado”, explican fuentes de la firma.

Si la intención inicial era la de aumentar el número de veces que la gente entra a sus tiendas, la realidad ha llegado acompañada de un descenso de los márgenes en la venta. Los costes de renovación del producto han sido demasiado para Mango y el beneficio operativo se ha reducido a más la mitad, de los 170 millones de 2015 a los 77 millones de 2016.

Las pérdidas de Mango también se deben a los tipos de cambio, la puesta en marcha de un nuevo centro logístico y la renovación de las tiendas

La rotación de género no ha sido el único causante de las pérdidas. La revalorización del dólar junto a la depreciación de la lira turca y el rublo ruso también han alimentado los números rojos. El tercer motivo: la puesta en marcha de un nuevo centro logístico en Lliçà de Munt. Ello completa el abanico de zancadillas la inversión acometida para la transformación de sus tiendas.

“En 2016 hemos profundizado en el proceso de transformación de la compañía, lo que ha conllevado la rebaja en nuestro resultado operativo y el sacrificio en el beneficio de este año”, justifica Daniel López, vicepresidente de Mango. Los números rojos son puntuales, garantizan. “Somos optimistas de cara a 2017, pues en los dos últimos semestres hemos experimentado una mejoría notable”, añade.

Los argumentos a los que se agarra comienzan por el incremento de la facturación hasta los 2.260 millones de euros, un 12% más gracias a la expansión internacional –que ya representa el 79% del total–.  Por líneas de negocio, la sociedad destaca a la buena evolución de las líneas Man, Kids y Violeta, que ya representan el 17,6% del volumen de negocio.

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