Roger Guasch, director de Liceu, se va tras sublevar a los fieles
Roger Guasch dejará la dirección general del Gran Teatre del Liceu en marzo tras las duras críticas recibidas por el sector más elitista de los fieles
Un sector de los fieles del Gran Teatre del Liceu de Barcelona pedía la cabeza de Roger Guasch, su director general. Se trata del público más elitista, el más operístico, que no ha aceptado que artistas como Bertín Osborne actúen en el mismo escenario que los divos de la opera. Han conseguido el objetivo: Guasch se va.
En un comunicado, el Liceu indicó este martes que Guasch ha acordado con el presidente del patronato, Salvador Alemany, desvincularse de la dirección general el próximo marzo. Era el primer ejecutivo del gran templo operístico barcelonés desde octubre de 2013. Los críticos de Guasch le pueden reprochar la programación artística, pero no su gestión económica.
Con Guasch al frente, el Liceu ha conseguido el equilibrio económico en los tres últimos ejercicios. Es el artífice de dos planes estratégicos: uno para el periodo de 2014 a 2017, con el que consiguió garantizar la viabilidad de la institución, y otro de 2017 a 2021, todavía pendiente de aprobación por parte del patronato de la Fundación Gran Teatre del Liceu. Durante su etapa, los ingresos por mecenazgo y patrocinio han evolucionado al alza.
Con Roger Guasch al frente, el Liceu ha conseguido el equilibrio económico en las últimas tres temporadas
En este patronato cohabitan representantes de la Generalitat, del Ayuntamiento de Barcelona y del Ministerio de Cultura, así como representantes de la Sociedad del Gran Teatre del Liceu –liderados por Javier Coll–, de los mecenas y una serie de patronos de honor. Por cierto, en su página web todavía figuran Carles Puigdemont como presidente de honor y el exconsejero Lluís Puig como vicepresidente primero. En realidad, al frente del patronato está Salvador Alemany, presidente de la concesionaria de autopistas Abertis.
En el entorno de Guasch se asegura que se va para emprender un nuevo proyecto. Estas fuentes indican que vino para hacer viable el Liceu y que se va con la faena “encarrilada”. Insisten en que se trata de una decisión “muy meditada” y que nunca se propuso estar en este cargo más tiempo del necesario. Niegan rotundamente que algún miembro del patronato le formulara críticas sobre la programación. Quizás no se las trasladasen personalmente, pero en sus juntas se han oído voces contrarias a que en el Liceu actuasen Osborne o David Bisbal. Lo consideran casi un sacrilegio.
Liceu: las élites operísticas cargaron contra Roger Guasch tras la actuación de Bertín Osborne
Fuentes próximas a Guasch admiten que se le ha criticado desde sectores del público y del mismo patronato, que consideran que el Liceu ha perdido estatus. No obstante, insisten en que para ser un referente operístico internacional están obligados a alquilar la sala o a programar actuaciones de cantantes de estilos más ligeros.
Estas fuentes recuerdan que para mantener el actual nivel operístico del Liceo es necesario –“sí o sí”– recaudar 16 millones de euros anuales mediante la venta de entradas. Para ello, deben programar otros espectáculos más allá de los puramente operísticos. Las subvenciones públicas suponen el 45% de los ingresos. El presupuesto para la presente temporada 2017-2018 se eleva a 44,6 millones de euros.