La huella de Joaquim Molins en el Liceu
Joaquim Molins, expresidente del Liceu, lideró con éxito el plan para reforzar la sostenibilidad económica del teatro
Joaquim Molins, el expresidente del Liceu que falleció el pasado 13 de julio, ha dejado una huella en la historia del teatro. Había dejado su cargo el 17 de octubre del año pasado, y en sus tres años y medio de mandato, desde marzo de 2013, puso en marcha el Plan Estratégico y de Viabilidad 2014-2017. El objetivo de este programa era lograr la sostenibilidad económica en el Teatro, además de reforzar su calidad artística, en un plan que combinaba el proyecto musical con la función social del Teatro.
Tras dejar la presidencia Molins formaba parte del Patronato del Liceu, en calidad de vocal representante de la Generalitat. Además fue el primer presidente de la sociedad civil, cargo que dejó de ser rotativo entre las administraciones.
Su presidencia no estuvo exenta de obstáculos, pero como balance –así lo expresó en su dimisión- Molins destacó su satisfacción en los resultados obtenidos en cuando el reconocimiento público del coro y la orquesta y la relevancia artística que había alcanzado el teatro. Para el expresidente, la mejor forma de alcanzar la excelencia artística y empresarial del Liceu era tener como referencia el modelo público/privado en la gestión.
Molins había nacido en Barcelona en 1945 y había obtenido el título de ingeniero industrial y máster en Economía y Dirección de Empresas por el IESE. Durante su trayectoria política fue diputado en Madrid, consejero de Comercio y Turismo, y de Política Territorial y Obras Públicas, así como candidato a la alcaldía de Barcelona. Ya retirado de la vida política, fue escogido como consejero delegado de Barcelona Regional, la agencia metropolitana de desarrollo urbanístico y de infraestructuras. Hacía poco tiempo había recibido la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio y la Cruz Sant Jordi.