La plantilla de Nissan pide ayuda al Gobierno más allá de Twitter
Los trabajadores lamentan la inacción de las administraciones lejos de los micrófonos y apuntan tanto a la Generalitat como al Gobierno de España
La plantilla de Nissan Barcelona tiene claro que la esfera política debe ser clave para salvar la fábrica de la Zona Franca que emplea a casi 2.500 trabajadores. Por ello protestaron este martes ante el consulado de Japón en la capital catalana aunque finalmente no fueran recibidos. Al juego también deben entrar las administraciones españolas, encabezadas por el Gobierno y la Generalitat, a las que acusan de tener gestos de cara a la galería pero sin ninguna gestión real después de que la pasada semana el fabricante anunciase un nuevo recorte de producción para la instalación.
El presidente de Nissan Europa, Gianluca De Ficchy, acudió a Barcelona para anunciar el adiós de un modelo y decir que trabaja para elaborar «un plan de futuro» para la instalación. Un proyecto en el que sólo se vislumbra dos opciones: o un nuevo vehículo –no parece que vaya a haber ninguna asignación hasta 2022– o el cierre. «La fábrica ya no es rentable», dijo a los trabajadores. Un panorama sombrío que contrasta con las promesas hechas en Twitter por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Tras un expediente de regulación de empleo para 600 trabajadores y pocos días antes de la visita de De Ficchy, el líder socialista aseguró desde Davos (Suiza): «El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado”. Lo hizo después de reunirse con el presidente de Renault –con quien Nissan mantiene una alianza–, Jean-Dominique Senard, con la consejera delegada interina, Clotilde Delbos, y el vicepresidente de la alianza Nissan-Renault, José Vicente de Los Mozos. «“Durante nuestro encuentro en Davos, el Gobierno y la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría”, añadió.
La plantilla asegura no tener noticias de la administración tras la reunión de Sánchez y Renault en Davos
Con la instalación por debajo del 30% de su capacidad, De Los Mozos dejó de verse como un salvador para la instalación. Al hoy al todavía presidente de la patronal de fabricantes Anfac se le ve como un miembro más del engranaje corporativo de la dirección. «La última vez que lo vimos fue con el anuncio del ERE». En calidad de asesor, eso sí, para no mancharse las manos. De este modo, la plantilla tiene poca confianza en el tuit enviado por Sánchez: «No se ha movido más allá de la foto; la reunión nos dice poco vistas las tensiones dentro de la alianza», denuncian.
Las mismas voces explican que en otoño de 2019 ya hubo conversaciones con el Ministerio de Industria con tal de abordar el futuro de la fábrica, pero desde entonces se hizo el silencio y no volvieron a existir las comunicaciones. Hasta la reunión de Davos, los trabajadores carecían de noticias de la administración. Tras la reunión de Davod, los trabajadores no han tenido más noticias de la administración. Desde el gabinete responden: «solo podemos decir que el Ministerio de Industria está trabajando junto con la empresa y el resto de administraciones en soluciones de futuro para la planta de Nissan en Barcelona».
Lo mismo sucedió con la Generalitat de Catalunya, añaden, a la que piden algo más que fotografías de cara a la galería. Consultadas por este medio, fuentes del departament d’Empresa aseguran que «la comunicación con la empresa es constante» y que se trabaja desde hace meses «para que Nissan sean competitiva» con planes de apoyo como los existentes para el automóvil. El martes, el secretari general de Treball, Josep Ginesta, pidió «certezas» a la marca. «Cataluña ha hecho los esfuerzos necesarios para que llegue un nuevo modelo».
A pesar de las declaraciones, lo cierto es que Nissan ha sido esquiva con la consejera de Empresa, Àngels Chacón. Viajó a Japón en noviembre tras los rumores de que iba a vender sus fábricas europeas y con la fábrica catalana al 25% de la capacidad. A su retorno, la Generalitat emitió un comunicado en el que informó de un encuentro con Osamu Goto, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales, y Miyuki Takahashi, directora de Relaciones Internacionales. “Nissan también agradeció el apoyo del govern en la nueva planta de pintura de la fábrica de Zona Franca”, añadió Chacón.
La Junta de Castilla y León tuvo que invertir 50 millones de euros para salvar Nissan Ávila
No obstante, el fabricante no movilizó a ninguno de sus ejecutivos de referencia para la visita. Nissan suma once miembros en el consejo de administración, ocho directivos en el comité ejecutivo y hasta 40 vicepresidentes de distintos rangos en su gobierno corporativo. Pues bien, ninguno de ellos se vio las caras con la consejera. Fue un vicepresidente de un escalafón inferior –común en la industria— el que se entrevistó con la emisaria de Quim Torra.
La receta la pueden preguntar a sus homólogos de la Junta de Castilla y León. Parece simple: dinero. A comienzos de 2018, la administración regional y Nissan ya llegaron a un acuerdo para salvar la fábrica de Ávila, que pintaba encaminada al cierre. Su futuro pasa por transformarse en un centro de producción y distribución de recambios. Y aunque todavía no ha afrontado la reorientación necesaria por los retrasos de la administración, sí quedó una cosa clara con el pacto: el rescate costó más a las arcas públicas que al gigante de la automoción.
La alianza Nissan-Renault invirtió 40 millones de euros en el proyecto. Sin embargo, logró el compromiso de que la Junta pondría los 50 millones restantes para salvar la instalación.
En Cataluña, la empresa planteó una jugada similar con la construcción de una nueva planta de pintura en Zona Franca –bajo la condición de aprobar un ERE el pasado año– con una inversión de 70 millones de euros. Según informó la propia Generalitat, la administración catalana sufragaría la nueva nave con tres millones de euros.
Nissan: adiós a la Mercedes X y menos furgonetas eNV200
Este lunes, la dirección comunicó a la plantilla que a partir de Semana Santa la producción de la furgoneta eléctrica eNV200 se recortará en un 40% desde las 102 unidades hasta los 60 vehículos diarios. Fuentes internas explican a Economía Digital que el ajuste se produce por un exceso de stock acumulado en los últimos meses, en los que se han producido varios incrementos de producción. La rebaja implicará el cierre de varios turnos de producción, aunque las mismas voces aseguran que la dirección “mantendrá el número de persona” y no se acometerán despidos ni salidas.
Sin embargo, Nissan sí mandará a casa durante siete días a la parte de la plantilla que trabaja en el montaje de las pick up para Mercedes, Renault y de marca propia. No serán necesarias medidas traumáticas, pues utilizará las posibilidades de flexibilidad reguladas en el convenio colectivo.
«Están dejando morir la instalación lentamente», lamentaban los sindicatos en una rueda de prensa convocada la semana pasada para protestar por las bajas producciones. Antes de recibir la nueva estocada, la plantilla ya temía por el futuro de la eNV200. El año pasado Barcelona ya perdió la NV200 de combustión, que se fabrica ahora en la planta francesa de Maubeuge utilizando la misma plataforma que la Renault Kangoo. Ahora Renault trabaja para lanzar al mercado una versión eléctrica del modelo, por lo que se especula que también emigre hacia el otro lado de los Pirineos.
El recorte de la elaboración de furgonetas llega solo una semana después de que De Ficchy comunicara que en mayo la planta dirá adiós a uno de los modelos que más volumen representaba en su operativa diaria: la pick up Mercedes X que ensamblaba para la compañía alemana. Ambos ajustes dejan en una quimera igualar las 60.000 unidades que la cúpula europea del fabricante japonés fijó como suelo para la instalación catalana y con un volumen de producción que rondará el 20%.