La creación de empresas en Cataluña se hunde en 2018
El número de empresas creadas en Cataluña en 2018 registra el dato más bajo desde 2012 y cae muy por encima de la media del país
La inestabilidad política catalana le sigue pasando factura a la economía y el tejido empresarial en la región. En 2018 la creación de empresas en Cataluña registró el dato más bajo desde 2012, con 17.383 sociedades constituidas.
La caída representa el 7,6% más que el año anterior, mientras que en el conjunto del territorio español el descenso se limitó al 0,4%, según datos de la agencia de calificación Axesor. De hecho, los datos del INE han ido reflejando mes a mes la caída en la creación de empresas en Cataluña en 2018 frente al resto de comunidades.
En el total nacional se dieron de alta 94.587 empresas, lideradas por el crecimiento de la Comunidad de Madrid, que registró 21.628 compañías nuevas y un ascenso del 5,6%.
De todos los concursos de acreedores que se registraron en España, el 23,6% fueron en Cataluña
Por sectores, el comercio fue el de mayor volumen de creación de empresas en el total nacional, con 19.091 nuevas, el 7,6% que en 2017. Aunque son las que más se crean, es su cifra más baja desde 2010. Por el contrario, la construcción subió el 8,9% -13.737 nuevas sociedades-, la mayor cifra desde 2015.
Los datos de Axexor también reflejan el número de compañías que se declararon en concurso de acreedores. Estos procedimientos se impulsaron en Cataluña el 11,3% respecto a 2017. En total 968 empresas se declararon en concurso de acreedores.
Mientras que esta cifra aumenta en la región catalana, disminuye el 2,4% en la media nacional, hasta los 4.108 procedimientos y supone la cifra más baja de la última década. De hecho, el 23,6% de los concursos de dieron en Cataluña.
La región menos competitiva para retener empresas
A la situación política se unen una serie de factores que hacen que Cataluña sea la región menos competitiva para retener empresas. En concreto, los altos impuestos -cuenta con el doble de tributos autonómicos que las demás comunidades- hacen que sea la menos competitiva en materia fiscal.
Esto afecta a su capacidad para retener y atraer empresas y para generar actividad económica y empleo, por lo que se sitúa en el último puesto en competitividad fiscal, según el Índice de Competitividad Fiscal 2018 elaborado por la Unión de Contribuyentes.
Como las otras comunidades autónomas con la peor puntuación –Aragón, Asturias y Comunidad Valenciana–, Cataluña obtiene una nota baja en casi todos los componentes del índice, pero especialmente en los tres impuestos más importantes: Impuesto sobre la Renta, Patrimonio y Sucesiones.