Freixenet ultima los trámites para pasar a manos de Henkell en mayo
El consejo del mes de enero cerrará la venta a Henkell, que tomará el control efectivo de la cavista cuando acabe el actual ejercicio económico
Parece el cuento de no acabar pero el culebrón de Freixenet escribe sus capítulos finales. Con la oferta de Henkell sobre la mesa desde hace dos años, las familias del líder del cava se reunirán este mes de enero en consejo para aprobar al fin su venta. El grupo alemán se quedará con el 51% de la propiedad y tomará el control efectivo a partir del mes de mayo, cuando habrá acabado el ejercicio 2017-2018.
Fuentes de la cúpula de la compañía explicaron a Economía Digital que tras las fiestas navideñas se convocaría el encuentro decisivo –el enésimo, tras tantos vaivenes— para el futuro de la empresa. Esta semana se sucedieron las reuniones y el mismo lunes los Hevia, los Bonet y los Ferrer tuvieron la primera vista para perfilar el consejo tras comerse los turrones.
Los Hevia venderán su paquete del 29% al completo. Entre los Bonet (29%), la unanimidad se rompe por la postura de José Luis Bonet, copresidente de la compañía, que optaría por mantenerse junto a los Ferrer (42%) dentro de la empresa. Aun así, Henkell controlará el 51% suficiente para aplicar los planes de profesionalización, modernización y expansión que tiene en mente.
El clima político en Cataluña paralizó la compra de Freixenet por parte de Henkell
La posesión no será inmediata. Coincidirá con el cambio de año económico, que en Freixenet caduca el 30 de abril. Así, el grupo germano tendrá vía libre para maniobrar sin mochilas acumuladas en los meses anteriores del ejercicio.
La operación debió haberse producido mucho antes, pues el propio Enrique Hevia, copresidente de la firma, reconoció en septiembre la existencia de conversaciones avanzadas a Economía Digital. El clima político en Cataluña tras el referéndum del 1 de octubre paralizó la transacción, que quedó suspendida hasta las elecciones autonómicas del pasado 21 de diciembre.
A pesar de que los partidos independentistas revalidaron la mayoría absoluta, los resultados no tumbaron la venta. De hecho, José Luis Bonet se mostró esta misma semana «muy optimista» ante el futuro de la región, aunque para ello haya que «esforzarse en la búsqueda de la concordia y la cohesión».
El tira y afloja entre Henkell y los Ferrer
A diferencia del comienzo del culebrón, Henkell cuenta ahora con el apoyo de los Hevia y la mayoría de los Bonet. Entonces la oferta de la multinacional fracasó debido a la falta de consenso y el interés de los Ferrer –poseedores del 42% restante— en presentar una propuesta alternativa. Liderados por el presidente de honor, José Ferrer, y su hijo Pedro, hasta hace un año consejero delegado, no lograron reunir la financiación necesaria en las diversas tentativas de hacerse con el 100% de la empresa.
Los Hevia y los Bonet incluso aceptaron una rebaja del precio para que Freixenet se mantuviera en manos de la familia. Ni así. No fueron capaces de presentar una oferta atractiva por el 58% de la empresa ante la negativa de colaboración de los bancos.
Ahora, Henkell y la estirpe catalana deberán ponerse de acuerdo para la gestión de la empresa ante un capital repartido casi a partes iguales. Una guerra entre la familia y la multinacional alemana degeneraría en una compañía prácticamente ingobernable a pesar de la mayoría del flamante comprador.
Henkell, dentro del gigante alemán Dr. Oetker
Henkell es una filial del grupo de alimentación germano Dr. Oetker que factura más de 700 millones de euros, la mayor parte fuera de Alemania. Vende 25 marcas de bebidas entre vinos, champagnes, espumosos y bebidas espirituosas. Su principal negocio es el sector de los vinos espumosos, con más de diez enseñas, varios prosecco, un champán y un cava, el catalán Cavas Hill.
Por su parte, Freixenet es el líder del sector. En el ejercicio 2016-2017 alcanzó los 529 millones de facturación, el 5% más que el año anterior. En cambio, el beneficio siguió estancado alrededor de los dos millones de euros (2,39).