Gay de Montellà antepondrá la unidad patronal al castigo a Cecot
La cúpula de Foment se muestra partidaria de evitar la ruptura y encarga a Joan Castells y Joan Pujol que negocien la continuidad con Antoni Abad
En diez días, el 6 de febrero, el comité ejecutivo y la junta directiva de Foment del Treball votarán si expulsan o no a la Cecot, la patronal de Terrassa acusada de saltarse los límites territoriales. Ambas partes todavía negocian, pero la mayoría de la cúpula de Foment es partidaria de la continuidad y esta será la decisión que tomará, según aseguraron a Economía Digital fuentes empresariales.
Joaquim Gay de Montellà se la juega. La junta ya tumbó en diciembre su propuesta de suspender durante un año la militancia a la organización que preside Antoni Abad y le obligó a reestudiar el caso. El mes que se dio Foment para estudiarlo ya ha pasado y las conclusiones se presentarán en la próxima junta.
El presidente de Foment encargó las negociaciones al vicepresidente Joan Castells y al secretario general, Joan Pujol. Ambos se han reunido en al menos dos ocasiones con Antoni Abad para aclarar las actuaciones de la Cecot, buscar un acuerdo que calme las aguas y emitir un informe, que se votará el 6 de febrero.
El informe todavía no está redactado, pero lo que buscan desde Foment es, por un lado, que no rompa a la patronal y, por el otro, que no vuelva a dejar a Gay de Montellà en minoría, lo que le complicaría los dos años que le quedan de mandato. Castells y Pujol están dedicando todos sus esfuerzos a remendar las relaciones, aunque la Cecot también tendrá que hacer concesiones.
Una patronal fuerte
Pesos pesados de Foment han convencido a su presidente para que no expulse a la Cecot. Su principal valedor es Josep Manuel Basáñez, que presidía la comisión de régimen interno que hace nueve meses decidió no castigarla muy duramente sino redactar unas normas para las organizaciones territoriales. Pero no está solo. Varios vicepresidentes coinciden con su posición.
Que estén en contra de la expulsión no significa que apoyen a la Cecot y sus actuaciones. No es que Abad genere precisamente muchas simpatías en el comité ejecutivo y la junta de Foment. Al contrario: su actitud de buscar socios fuera del Vallès ha levantado muchas quejas. Pero la mayoría de los empresarios que están en la cúpula de Foment no sufren estas actuaciones en primera persona y priman la unidad.
La Cecot es la territorial más importante de Foment y muchos de los empresarios de la gran patronal no quieren que encoja. Si rompen, perderán volumen y fuerza. Y ya hay suficiente división en el mapa empresarial catalán, en el que Foment compite con una Pimec que factura más y gana dinero, y existen otras apuestas como la de Femcat.
El plan B de Abad
Además, saben que si expulsan a la Cecot, sus actuaciones serán ya incontrolables y la competencia, descarada. Conocen la ambición de Abad, así como lo bien que se mueve en los círculos nacionalistas –es cercano a Artur Mas y al conseller de Empresa, Jordi Baiget–, por lo que no se quedará en casa.
El empresario de Terrassa busca alianzas con organizaciones independientes, o que quieran alejarse de Foment, para posicionarse como patronal a nivel catalán, ya sea con las siglas de la Cecot o con unas nuevas. Es su plan B por si su continuidad en Foment es imposible, según explicaron fuentes empresariales.
El reto que tiene Gay de Montellà si no expulsa a la Cecot es cómo consigue meter a Abad en cintura. Ya lo intentó una vez, pero la patronal de Terrassa ignoró las normas impuestas a las territoriales y continuó buscando socios fuera del Vallès y celebrando su gran cena anual en Barcelona con el presidente de la Generalitat.
Ambas partes están negociando todavía el documento que llegará a la junta, y la Cecot también tendrá que hacer concesiones. Para empezar, comprometerse, esta vez de verdad, a cejar en sus ambiciones expansionistas. ¿Será capaz? El tiempo lo dirá.