El gas (y el rayo de luz) de Gas Natural en Colombia
Gas Natural mantiene el negocio de gas en Bogotá, que aporta el 11% de su ebitda en Latinoamérica, y una vía abierta para recuperar Electricaribe
Gas Natural sufrió esta semana una noticia que, no por esperada, dejó de ser un varapalo a su actividad en Latinoamérica: la liquidación de Electricaribe, su filial en Colombia, que tras tenerla intervenida durante cuatro meses, el gobierno de Juan Manuel Santos decidió no devolverla a su dueño sino venderla al mejor postor.
La expropiación de su eléctrica no supone el adiós de Gas Natural Fenosa de Colombia. Todavía tiene mucho que decir en el país. Por un lado, por la vía de diálogo que han dejado abierta Santos e Isidro Fainé, como adelantó Economía Digital. Por el otro, porque la luz no era el único servicio que daba la compañía española en Colombia.
Gas Natural obtuvo en 2016 un ebitda de 415 millones de euros en Colombia, cerca del 30% de su ebitda en Latinoamérica. No todo era Electricaribe. De esta cifra, 162 millones corresponden a distribución de gas en la zona de Bogotá. Este negocio creció el 7,2% en 2016, aunque se resintió del efecto negativo de los tipos de cambio.
El negocio del gas en la capital colombiana supone el 40% del ebitda de Gas Natural en el país y el 11% del negocio en Latinoamérica. Presente en Chile, Brasil, México y Panamá, estos mercados son un tercio del volumen de negocio de la compañía española en todo el mundo. Pese a lo ocurrido con Electricaribe, Gas Natural no teme por sus negocios en el continente.
Gas Natural ha perdido (por ahora) Electricaribe, pero mantiene la distribución de gas en Bogotá
La compañía presidida por Isidro Fainé mantiene el gas en Colombia y, respecto al negocio eléctrico, tampoco tira la toalla. La decisión anunciada el pasado martes fue drástica, pero no está todo el pescado vendido. Una cosa es la escenificación y otra los contactos al más alto nivel, que pueden terminar por conseguir lo que ahora parece imposible.
Según explicaron fuentes del sector a Economía Digital, en el conflicto de Electricaribe hay dos vías que avanzan en paralelo, a alturas distintas. Por un lado la oficial, a ojos de la opinión pública; por otro, los contactos entre Santos y Fainé, discretos y alejados de los focos.
La primera de las vías es de sobra conocida. Colombia anunció el pasado martes que venderá la filial de Gas Natural a una empresa que garantice el suministro. La multinacional española es pasado y el conflicto ha entrado en otra fase. La reacción de la compañía española fue proporcional: condenar la decisión y preparar la denuncia al Ciadi.
Gas Natural ultima la demanda contra el Gobierno colombiano para presentar ante el Ciadi, organismo del Banco Mundial que media en conflictos de este tipo, previsiblemente la próxima semana. La compañía española pedirá unos 1.000 millones de euros a Santos como compensación por la expropiación.
Fainé y Santos siguen negociando lejos de los focos, mientras oficialmente el choque ya es total
La segunda vía no es oficial, pero puede terminar desencallando el conflicto. Fainé y Santos se reunieron el pasado lunes en Bogotá y, pese a que no consiguieron cerrar un acuerdo –llegaron a las negociaciones con las posiciones demasiado alejadas y muy poco tiempo para acercarlas– sí que dejaron abierto el diálogo, como explicó Economía Digital.
Las posiciones a penas se han movido. Gas Natural pide medidas concretas para resolver los problemas que sufre Electricaribe de morosidad y fraude, mientras que Colombia exige más inversiones. Hace unos días, el diario colombiano El Heraldo cifraba en 1.500 millones de pesos colombianos, unos 480 millones de euros, las inversiones pedidas por Santos.
Ambas partes continuarán negociando discretamente sobre estas bases. Si llega el acuerdo antes de la venta –que no se prevé precisamente rápida–, ésta se paralizaría y Gas Natural recuperaría el control de Electricaribe. Pese a que no será fácil, hay ganas de acuerdo, sobre todo a nivel diplomático.
El Gobierno colombiano organizó la semana pasada un encuentro en Madrid con empresarios españoles para captar inversiones, y el jueves dio una rueda de prensa en la embajada para tranquilizar a las empresas españolas con intereses en Colombia.
Mientras tanto, el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, en un acto en México, dijo que todavía se puede encontrar una “solución satisfactoria”. ¿Serán estos movimientos la antesala de un acuerdo? El tiempo dirá.