Fridman y la banca apuran un acuerdo por DIA antes de Semana Santa
Letterone y la banca encaran el lunes previo a Semana Santa con la necesidad de cerrar el acuerdo por la cadena de supermercados
Ocho días. Es el tiempo que le quedará a Mikhail Fridman a partir de este lunes para cerrar un acuerdo con la banca en el caso de que quiera hacerlo antes de que finalice el plazo de adhesión en el que termina la opa. Letterone siempre prefirió esperar a que la banca cediera en alguno de sus siete puntos, pero ahora, con el punto fundamental acordado, las negociaciones encaran los últimos flecos.
El pool de entidades financieras, encabezado por Banco Santander y BBVA — el cuadro completo lo componen 12 entidades financieras — , y el magnate ruso, representado por sus hombres de confianza, Stephan Ducharme y Sergio Dias, negocian desde el lunes posterior a su victoria en la junta de accionistas frente al consejo de administración.
La primera semana cerró sin acuerdo. Los hombres de Fridman encararon las primeras citas con más cautela, sin la necesidad de cerrar un acuerdo inminente. La opa todavía estaba siendo examinada por la CNMV y el periodo de adhesión no empezaba a contar. Pero el visto bueno del regulador, que llegó antes de lo previsto por la situación de emergencia de la compañía, llegó jueves el jueves al filo de la media tarde y aceleró los planes.
Es por eso que al final de esta semana ya ha trascendido la renuncia de la banca a uno de los puntos claves de la negociación: la refinanciación de la deuda, cuya amortización de 247 millones ya no se exige para antes de los próximos cinco años. La discusión, según coincidieron Expansión y Cinco Días, ahora se centra en los créditos a proveedores y una eventual alza de los intereses, conocidos como líneas de confirming y factoring, que fueran retiradas a la compañía entre octubre y noviembre del año pasado.
Fridman y la banca encaran la semana previa al final de la opa con el acuerdo fundamental sellado
Este punto, uno de los siete que Letterone detallaba en el folleto de la opa presentado ante la CNMV, no es el eje central de la negociación. Es este motivo y no otro el que, de acuerdo a diferentes fuentes del mercado, marcará el la velocidad con la que se cierre la negociación. «Lo damos por hecho», comentaba a finales de semana una fuente cercana al consejo de administración sobre el acuerdo banca-Fridman.
Todo ello provoca, en conjunto, que la próxima semana sea vital para ambas partes. Ducharme y Dias se reunieron con los analistas la pasada semana en la sede del despacho Pérez Llorca, a quienes trasladó que el precio de la opa no se iba a subir e incluso se amenazó con la posibilidad de postergar el acuerdo hasta más allá del día 23 de abril.
La opa sigue su curso
El plan final de Fridman, que culminaría con una inyección de 500 millones de euros a través de un préstamo participativo, deberá reunir los apoyos suficientes del resto de accionistas. En concreto, necesita sumar el 35,6% de las acciones (la mitad de lo que no controla), al 29% de acciones que ya tiene. Tiene dos cartas sobre la mesa: subir el precio hasta cinco días antes y pedir en cualquier momento una prórroga de tiempo de 47 días, pero los hombres de Fridman lo evitarán si han hecho los deberes durante su road show.
El dinero se repartirá entre todos los accionistas que decidan vender a 0,67 euros por título. Es un precio que gusta a pocos, pero por el que muchos venderán al no existir un plan b, tal y como reconocieron los asesores del consejo de administración, Merry Linch y Rotschild, cuando esta semana dieron el visto bueno a la opa y aseguraron que Fridman contará con las acciones de los ocho consejeros de DIA y, además, la autocartera de la compañía.
La división provoca que el umbral del 35,6% tenga dificultades para alcanzarse. Por un lado, los fondos institucionales que entraron recientemente en DIA, comprando títulos a un precio menor que el que ofrece Fridman, tienen el éxito asegurado; por otro, los minoritarios y algunos accionistas rebeldes a Fridman ya han adelantado que no lo harán y han arengado al resto de que tomen ejemplo.
Este último grupo está liderado por Rafael del Castillo, presidente de la Asociación de Defensores de DIA (AADD), quien se ha puesto en contacto durante esta semana con otros accionistas (los minoritarios representan el 22% del capital total). Uno es el portugués Luis Amaral, que tiene menos del 2% de DIA a través de su family office de Curazao (Antillas Holandesas), y también está negociando con gestoras como Renta 4 (2,5%), con el objetivo de formar un bloque anti-Fridman con la suma del 12% del accionariado.
Otro de los contactados ha sido el francés Gregoire Bontoux, quien siempre ha jugado al despiste en la guerra contra Fridman. Descendiente de la familia que fundó Carrefour, este empresario, que cuenta con el 3,4% de DIA, montó la Sindicatura de Accionistas con los hermanos Gómez-Pablos para primero presionar al consejo, luego no votar en contra de Fridman en la junta de accionistas y finalmente romper la alianza.