El truco de García Carrión frente a Freixenet para vender cava barato
El productor murciano comercializa a través de Jaume Serra el cava más económico del mercado. Una de las claves: escapa del convenio colectivo del sector
El cava de García Carrión es sinónimo de precios bajos. La compañía murciana especializó en el segmento más bajo de este espumoso a través de la marca Jaume Serra: las botellas de apenas 2 euros que habitan en las estanterías de los grandes supermercados españoles llevan su sello. El proveedor de Mercadona es reconocido por su eficiencia de costes, basada en la automatización de los procedimientos y al ardid de regatear el convenio colectivo del sector, más restrictivo que el que utiliza.
Las bodegas de la firma, en la localidad de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), ocupan a poco más de 65 trabajadores, según las cuentas del ejercicio 2017, el último disponible en el Registro Mercantil. Además, con salarios ostensiblemente inferiores a los de la competencia, como Freixenet, Codorníu o empresas más pequeñas como Juvé y Camps y Vallformosa.
Jaume Serra ofrece sueldas muy por debajo de lo que marca el convenio colectivo, recientemente renovado. Fuentes sindicales apuntan que la empresa se vale del convenio del vino de la provincia de Barcelona. La diferencia entre ambos textos oscila entre 500 euros y 900 euros al mes, según la categoría laboral.
El otro secreto de Jaume Serra es la automatización de los procesos
Desde el sindicato CCOO ya denunciaban a Economía Digital el agravio: «Es imposible vender una botella de cava a dos euros. No sólo es el precio de la uva, es que tiene que estar al menos nueve meses en bodega, hay que abrirlo y embotellarlo.». El sindicato ya criticó en repetidas ocasiones las diferencias apelando al Consell Regulador del Cava y a las grandes empresas del sector a que actúen.
De este modo, Jaume Serra logró unos beneficios de 383.756 euros con unas ventas de sólo 7,57 millones de euros en 2017. En comparación, Freixenet obtuvo unas ganancias de 1,06 millones de euros con una facturación de 542 millones en el ejercicio 2017/2018 –cerrado el 30 de abril–.
Pero la porción del convenio es una pieza de la ecuación. «Producen 50 millones de botellas con 50 trabajadores. Es un ratio de productividad espectacular, porque lo tienen todo mecanizado», justifican fuentes del sector para apuntalar la comparativa.
El nuevo convenio colectivo del cava
La distancia entre ambas empresas se agudizó este mes de abril, cuando el sector del cava firmó el nuevo convenio colectivo tras más de un año de negociaciones entre patronal y sindicatos. Así, los trabajadores percibirán un aumento del 2% con carácter retroactivo para los ejercicios 2018 y 2019 y una subida salarial del 2,5% a partir del año 2020.
No obstante, el sector pide más y emplazan a la Generalitat de Catalunya a la creación de una mesa sectorial para «potenciar el producto» al sentirse «abandonados por las instituciones». La clave, diferenciarse de otros espumosos como el prosecco italiano, mucho más barato de elaborar, que en los últimos años ha irrumpido en el mercado robando cuota de mercado al cava.