El Gobierno se agarra ahora un plan inexistente para salvar Nissan
Reyes Maroto, que a pocas horas del anuncio de Nissan veía esperanza para Barcelona, se agarra a un futuro eléctrico para la fábrica que es inviable
Nissan comunicó al Gobierno este jueves a las 8 de la mañana el cierre de Barcelona. Horas antes, la ministra de Industria, Reyes Maroto, aseguraba que había esperanza porque la fábrica tenía futuro. Horas después, su discurso a penas había cambiado y apelaba a la apuesta eléctrica de Nissan, una de las marcas líderes en esta tecnología, como una vía para salvar la planta. Pero este plan no tiene recorrido porqué la compañía ya tiene adjudicada toda su producción eléctrica.
Por la transición hacia la movilidad sostenible, “los modelos eléctricos van a ser el futuro y Nissan puede sin duda tener en España un baluarte para avanzar en esa apuesta, en línea con lo que recomienda la Comisión Europea para acceder a los fondos del plan de recuperación” que anunció el miércoles, aseguró Maroto en declaraciones a La Sexta.
Más allá de que Nissan ha decidido dejar de fabricar en la Unión Europea a sabiendas de las consecuencias, pues en la alianza con Renault, es la marca francesa la que produce en territorio comunitario, el plan del Gobierno tiene una importante laguna. Y es que todos los modelos eléctricos de la marca japonesa tienen ya origen de producción y el próximo lanzamiento también tiene la fábrica decidida.
Nissan produce el que es uno de los eléctricos más exitosos del mundo, el Leaf, y también una furgoneta eléctrica, la E-NV200, que se fabrica en la Zona Franca pero muy pocas unidades, por lo que no salía a cuenta seguir haciéndolas en la instalación catalana. Este modelo se seguirá fabricando, pero en otra planta, probablemente en la de Renault en Maubeuge (Francia), donde se hace la Kangoo y Nissan ya se llevó la NV200 de combustión, que se hacía en Barcelona.
La nueva apuesta verde de la compañía nipona es el Ariya, pero este mismo jueves, Gianluca de Ficchy, presidente de Nissan en Europa, despejó cualquier atisbo de duda y aseguró que se fabricará en Japón. Para la compañía, es más rentable producir en ese país ya que son modelos de los que no venden muchas unidades, por lo que es preferible optimizar los costes de producción y asumir los de transporte. Los acuerdos comerciales entre la UE y Japón, con la apuesta por la transición ecológica, hacen que le salga a cuenta.
El discreto papel de Maroto en la crisis de Nissan
El papel de la ministra Maroto en la crisis de Nissan ha sido muy cuestionado. Industria siempre se ha mantenido en un segundo plano ante un Govern de la Generalitat que guarda con celo el liderazgo de la gestión industrial. Cuando, hace meses, se hizo real la amenaza del cierre por la pérdida de modelos y la falta de respuestas desde Japón, no dio un paso adelante y su ausencia fue muy llamativa mientras la consellera catalana, Àngels Chacón, viajaba al país nipón, aunque fuera para verse con una segunda fila y no lograr nada.
También llamó la atención que, cuando al fin el ministerio dio la cara públicamente y se reunió con el comité de empresa de Nissan, a solo tres días de la decisión, no fuera Maroto quien compareció sino su número dos, Raúl Blanco. El secretario general de Industria fue muy duro con la empresa, aseguró que le costaría 1.000 millones de euros irse y apeló a la Unión Europea para que defendiera que Nissan no deje de fabricar en territorio comunitario
Barcelona es la única fábrica que le queda a la compañía nipona en la UE tras el brexit, por lo que el Gobierno trataba de implicar al parlamento europeo con algún tipo de declaración que, por ahora, no ha llegado. En la Unión, Francia tiene más peso que España y no hay que olvidar que Renault, que tiene una alianza con Nissan, está participada por el estado galo.
El Gobierno cree que tiene margen hasta junio para convencer a Nissan de permanecer en Barcelona
La única labor en defensa de las fábricas catalanas de Nissan ha sido la elaboración de un plan de futuro, junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que se presentó a la automovilística y que ésta ignoró. Pese a ello, Maroto sigue viendo una puerta abierta a la esperanza y tras reunirse con sus responsables este jueves aseguró que la decisión todavía no es irrevocable.
“No sabemos si finalmente la decisión será esta porque Nissan tienen todavía que ratificarla en un nuevo consejo que se celebrará en junio”, dijo la ministra. Por ello, quieren hablar directamente con el presidente de la empresa, Makoto Uchida, para plantearle el plan industrial, sea para un plan eléctrico o para buscar alternativas. Si Nissan cierra, el plan B sería encontrar un socio industrial alternativo para mantener la planta y el empleo.
Ministerio, Conselleria d’Empresa, Ayuntamiento y sindicatos de Nissan se reunirán en los próximos días para analizar la situación e ir todos a una en la defensa del futuro de la fábrica. No encontrarán un aliado en el sector del automóvil, almenos en la patronal de fabricantes, Anfac, que culpa al Gobierno. El presidente de la organización es José Vicente de los Mozos, que es también vicepresidente de la alianza Renault-Nissan.