El imperio Villar Mir se tambalea
El hundimiento en bolsa de OHL amenaza el conglomerado creado por el empresario madrileño en los últimos 30 años. La dependencia de la constructora marca a fuego el devenir próximo del grupo
El colapso bursátil de OHL amenaza el imperio construido en los últimos 30 años por el empresario Juan Miguel Villar-Mir, un conglomerado de sociedades industriales, constructoras e inmobiliarias fuertemente apalancado.
Con una deuda bancaria que a 31 de diciembre superaba los 5.170 millones de euros y un Ebitda de 1.120 millones, la compleja estructura financiera del Grupo Villar Mir (GVM) necesita que OHL, su brazo cotizado, esté firme no solo en términos de negocio –supuso el 84% de su Ebitda en 2015– sino también en lo que respecta a su salud bursátil.
Pero la constructora se desangra en una bolsa repleta de tiburones bajistas tras anunciar unos resultados semestrales que mostraron pérdidas en el segundo trimestre y capital circulante negativo, lo que llevó a Moody’s a rebajar su calidad de crédito hasta niveles altamente especulativos.
Excesivo apalancamiento
Como en otros entramados empresariales que recientemente han tenido problemas financieros, el elevado apalancamiento de GVM se ha alimentado con complejos instrumentos y coberturas, que incluyen acciones de la propia OHL y que pueden canibalizar el negocio si los acreedores deciden exigir nuevos colaterales por la abrupta pérdida de valor de la garantía.
«Estamos intentando desligar la financiación [de GVM] de la acción de OHL», explica Manuel Garrido, director financiero de Grupo Villar Mir en una entrevista telefónica con Reuters.
La constructora ha perdido casi 400 millones en una semana y capitaliza apenas 625 millones de euros. Para ilustrar la dimensión del problema, en diciembre GVM tenía un 43% de OHL en garantía de créditos por 657 millones de euros.
«La situación actual de créditos con garantías de acciones de OHL ahora mismo está por debajo de 200 millones. Trabajamos en un esquema que estamos transformando en estructuras que no estén ligadas a mercado», asegura el responsable financiero de la compañía.
Valor contable real
Pese a los esfuerzos, sin embargo, la caída en bolsa de OHL seguirá afectando al balance.
Según documentos oficiales consultados por Reuters, GVM tenía a finales de año valorada en libros su participación de OHL en 10,2 euros por acción frente a los algo más de 2 euros a los que se cambiaba la acción el viernes. GVM, que cuenta con más de 33.000 empleados en todo el mundo, tuvo que anotarse un deterioro de 110 millones de euros en 2015 por ajustes del valor contable de OHL, cuando ésta cotizaba muy por encima de su cotización actual, a 5,27 euros.
La utilización de otros sofisticados instrumentos financieros en GVM para minimizar las aportaciones de activos también pueden pasar factura por el desplome de OHL. Realmente el grupo sólo controla de forma directa un 43% de OHL ya que tiene el 7,2% restante mediante un equity-swap liquidable por diferencias, una estructura que le ha obligado a contratar más instrumentos y asumir costes para limitar el quebranto en las cuentas de una caída de la acción.
Exigencia de garantías
El grupo, que ya ha sufrido en sus carnes el devastador efecto dominó de un balance excesivamente «colateralizado» en sus participadas cotizadas, ha invertido gran parte de sus esfuerzos en los últimos dos años en romper contratos de garantías cuyo coste en época de vacas flacas se ha demostrado ruinoso.
La caída del negocio constructor, el estrechamiento de los márgenes, la cancelación de contratos por la crisis y escándalos asociados a su filial estrella, OHL México, dispararon los costes financieros y drenaron la liquidez de OHL como consecuencia de la exigencia de mayores garantías por el desplome de las cotizaciones.
En apenas un año, OHL ha tenido que ampliar capital en 1.000 millones de euros y vender valiosos activos como la mitad de su 14% en Abertis para eliminar ‘margin calls’ en la propia concesionaria y en su negocio mexicano, el principal motor de sus cuentas.
La entrada de Tyrus
Tras ceder este año el testigo de algunos de los cargos ejecutivos a punto de cumplir 85 años, el que fuera ministro de Franco y una de las personas mejor relacionadas del país empieza a ver ahora amenazada la locomotora de un imperio que le ha permitido figurar en la lista de Forbes desde los 60.
Los vasos comunicantes entre GVM y OHL se hicieron notar hace meses. Con motivo de la ampliación de capital del otoño de 2015 y ante la necesidad de liquidez para no perder la mayoría en OHL, GVM vendió la madrileña Torre Espacio y más de la mitad de su participación en una de sus joyas inmobiliarias, Colonial.
Pero como estos activos también estaban hipotecados, Villar Mir tuvo que recurrir a la ayuda del fondo Tyrus. GVM cedió al fondo la titularidad de 25 millones de acciones de OHL (un 8,3%) con opciones de compra-venta cruzadas y, según declaraciones del director financiero, asociando un pasivo al balance de 2015 de 180 millones de euros.
Otros activos líquidos
Según datos que figuran en la memoria anual, los derivados contratados implican que GVM mantiene «la mayor parte de los beneficios o pérdidas que generen» aunque el director financiero dijo que OHL y Tyrus «comparten upside y downside» y que GVM estaba «cubierto», sin dar más detalles.
Mientras OHL trabaja en una difícil exclusión de su filial mexicana de bolsa y guarda en cartera participaciones en cotizadas como Abertis, el Grupo Villar Mir tiene otros activos líquidos poco afectados por la difícil situación de su dueño.
Además de conservar todavía algunas participaciones inmobiliarias, el activo estrella de GVM es Ferroglobe, un gigante del silicio cotizado en Estados Unidos, con una capitalización de más de 1.600 millones de dólares y un negocio con buenas perspectivas. Aunque controla un 57% del capital, también aquí tiene acciones como colateral de préstamos sin cuantificar, según la memoria anual.