El Gobierno da falsas esperanzas al taxi para evitar una nueva huelga
El ministro de Fomento evita concretar cualquier medida que salve al taxi, pero tiene menos de 20 días para hacer una propuesta
La comparecencia de José Luis Ábalos en el Congreso de los Diputados fue una huida hacia delante. En la teoría, el Gobierno mantiene el relato de salvar al taxi para que compita «en igualdad» contra las VTC (Uber y Cabify); en la práctica, no tiene ninguna medida concreta sobre cómo solucionar un conflicto que puede estallar de nuevo en menos de 20 días.
“Ábalos no sabe por dónde salir. Si tuviese las cosas claras hubiese presentado algo sólido en la comparecencia”, cuenta una fuente cercana al sector de los vehículos de arrendamiento con conductor. “Han analizado la situación y ven que no es tan fácil, pero necesitan calmar al taxi”, explica para añadir que el ministro «va a estar ganando tiempo todo lo que pueda y el próximo paso será la creación de una mesa de expertos».
El titular de Fomento repitió como máxima la necesidad de que se cumpla la famosa ratio 1/30 (1 vehículo VTC por cada 30 taxis), marcada en la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) y fijada en junio por el Tribunal Supremo.
Pero no es tan sencillo. Su cumplimiento es de concesión y no de circulación, es decir, las administraciones pueden negarse a dar nuevas licencias —muchas comunidades autónomas llevan tiempo haciéndolo—, pero no se pueden retirar las que se obtuvieron por cauces legales.
De hecho, el número de vehículos de arrendamiento con conductor no solo no disminuirá, sino que se incrementará a medida que se resuelvan las sentencias que esperan en el Supremo (7.000 licencias por desbloquear según calculan varias fuentes). Por tanto, la proporción real de unos vehículos y otros seguirá siendo, como mínimo, de 1/6, principalmente en ciudades como Madrid, Barcelona y Málaga.
Ábalos, empujado a transferir las competencias
Descartadas casi por completo medidas extremas como un rescate al taxi con dinero público (artículo 14 de la LOTT), la carta que le queda a Fomento es la de la transferencia de las competencias. Es una de las exigencias que los taxistas pusieron antes de dar por finalizada la primera huelga y sobre la que Ábalos se mostró dispuesto ayer durante su comparecencia. «No se puede dar algo que ya se tiene», deslizó el ministro.
La duda es si las competencias se traspasarán a las comunidades autónomas —ya avisaron durante las movilizaciones del taxi que no querían saber nada— para que éstas puedan derivarlas a los ayuntamientos o, en cambio, se concederán directamente a los consistorios. Esta segunda opción es la que más gusta al taxi, que creen que así un reglamento como el de Ada Colau en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) puede ver la luz de nuevo.
La transferencia de las competencias, a comunidades autónomas o ayuntamientos, entraña bastantes riesgos
Pero hay varios escollos. El primero es el apoyo parlamentario. El Gobierno debería reformar la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT), lo que supone aprobar la medida en el Congreso, donde solo tiene asegurado los votos de PNV y Unidos Podemos —el partido de Pablo Iglesias mantiene su particular guerra con Cabify—, y en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta.
¿Y si hay luz verde en la Cámara baja? Tampoco hay nada claro. “La ley del AMB fue impugnada por la forma en la que el AMB la articuló (se saltó las competencias de Fomento). Pero, de acuerdo a fuentes jurídicas consultadas, «si entrara en el fondo de la medida, el juez hubiese observado infinitud de irregularidades. Una ley que exija una licencia extra rompe la unidad de mercado”, sentencia sobre la posibilidad de que algunas ciudades reediten esa fórmula.
Otras fuentes del sector VTC se muestran más cautas para valorar la posición del Gobierno. La patronal Unauto afirmó al término de la reunión que su valoración era positiva. «Todos los partidos hayan apostado hoy por el diálogo para gestionar la situación de taxis y VTC, ambos servicios al público y regulados por la ley española de transporte”, explicaron.
La presión del taxi
Lo único claro es que Ábalos debe presentarse el 14 de septiembre, día que los taxistas marcaron como fin de la tregua, con los deberos hechos. Y, junto a la transmisión de competencias ya mencionadas, debe garantizar otras tres exigencias: cambios normativos en la ley, compromiso de no poner en funcionamiento nuevas autorizaciones hasta que se reúna la conferencia nacional del transporte y la puesta en marcha inmediata de la web de control para las VTC.
“Aquí no vamos a ir con medias tintas. Si no se cumplen todos los requisitos íntegramente, Fomento ya sabe lo que le espera”, explica una fuente cercana a Élite Taxi, el sector más combativo contra Uber y Cabify. Precisamente fue Tito Álvarez, líder de esta facción, quien creyó que la huelga indefinida sería «una realidad» si no se imponía una licencia extra.
Álvarez llegó a cargar contra el anterior Ejecutivo porque entendía que lo que se vendió en mayo como un rescate in extremis al taxi buscaba beneficiar «a unos pocos» con el cierre del mercado a la nueva entrada de licencias VTC.