El ERTE de VW Navarra por el coronavirus alerta a los fabricantes
La planta de Landaben sienta las bases de su recorte “preventivo” de plantilla mientras todo el sector monitoriza la posible falta de suministros
A pesar de que afirman tener asegurado el stock hasta “al menos” el mes de abril, los fabricantes de coches miran con atención hacia Navarra tras el anuncio de Volkswagen de aplicar un “ERTE preventivo” en su planta de Landaben. En el sector se teme que sea el primero de un goteo de ajustes laborales, que ya comenzó con el recorte que Fujitsu planteó a los sindicatos en su instalación malagueña, desde la que nutre a firmas como Toyota o el grupo PSA.
Volkswagen Navarra constituyó el lunes la mesa negociadora del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ante los posibles problemas de suministro que provoque el cierre de fábricas por culpa del coronavirus. El tijeretazo se aplica a pesar de que el centro trabaja “con total normalidad”. “Quiere estar preparada ante un posible problema de corte de suministro de algún proveedor”, justifican los sindicatos.
Ahí radica la duda en la cúpula del centro. Si bien la marca alemana pudo haber hecho sus deberes –a pesar de desconocer el volumen actual de existencias con las que cuenta–, tiene en cuenta a muchos proveedores italianos, localizados en el norte del país transalpino, una de las zonas más afectadas por el virus en el territorio.
La incertidumbre se extiende al resto de fabricantes. Como explicaban fuentes internas de Seat y Nissan hace una semana, aunque crean tenerlo todo bajo control hay un factor que no pueden controlar: el stock con el que cuentan sus proveedores. Aunque los fabricantes cuenten (o crean contar) con todas las piezas necesarias para fabricar coches para los próximos meses, el desabastecimiento de uno de sus suministradores puede terminar por obligarles a suspender la producción, como ocurrió con la filial de Volkswagen tras el incendio en la fábrica de Faurecia.
«Renault sustituye el barco por trenes, aviones y camiones», dice el vicepresidente del fabricante
También se pronuncio sobre el impacto de la enfermedad al sector el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José Vicente de los Mozos. El directivo evitó cuantificar el golpe al ser «todavía pronto para medirlo». Pero advirtió que los fabricantes están tomando medidas para intentar contrarrestar el efecto.
En su haber cuentan con el tiempo necesario para buscar sustitutos en mercados que no estén tan afectados por el coronavirus. Además del stock disponible que pueda existir, es posible que haya todavía cargueros en tránsito procedentes de China. «El tiempo que tardan los barcos en llegar al Mediterráneo desde el país asiático es de 21 días y un mes», explican fuentes cercanas a las infraestructuras portuarias.
De los Mozos puso de ejemplo a Renault, la compañía de la que es vicepresidente: «Renault está sustituyendo el barco por trenes, aviones o camiones, que hacen la ruta entre una o dos semanas, por lo que no hay retrasos en las fábricas».
Los otros recortes por el coronavirus
Además de Fujitsu y Volkswagen, otras marcas del sector también utilizaron (en parte) el virus surgido en Wuhan para aplicar ajustes laborales. A mediados de enero, la firma de componentes gallega Trèves propuso hacer coincidir el ERTE que aplica anualmente desde hace varios años con el probable desabastecimiento de piezas procedentes de China. Por el momento, no trascendieron ni fechas ni número de afectados por el recorte.
También hace unos días, Magneti Marelli presentó un ERTE para toda la plantilla de su planta de Barberà del Vallés (Barcelona), especializada en el trabajo con faros LED. Según explicó la propia empresa, los despidos se justifican por «motivos de producción» aunque el coronavirus es también un factor colindante en el tijeretazo, que se aplicará durante 60 días entre el 1 de marzo y el 31 de diciembre y afectará a los 493 trabajadores.