El Corte Inglés transforma al personal de oficinas en dependientes
Las primeras rebajas postcoronavirus ponen a prueba el nuevo plan de flexibilidad de la empresa: destinar a empleados de servicios centrales a las tiendas
El Corte Inglés acelera la reconversión de la plantilla tras el coronavirus. Desde hace más de un año, la compañía ha iniciado un trasvase de recursos desde sus oficinas centrales hasta los centros comerciales, que no hará más que incrementarse en los próximos meses. La primera prueba de fuego: las rebajas, que se adelantar a este jueves tras meses de atonía en las ventas.
Fuentes internas de la empresa que preside Marta Álvarez explican que se ha pedido a toda la plantilla de servicios centrales que acuda a los establecimientos entre el jueves y el lunes, cuando está previsto un mayor aluvión de visitantes a los comercios. En principio el requerimiento es voluntario –igual que se hizo durante la pandemia–, pero las mismas voces explican que ya comenzaron las presiones para que todos los empleados acudiesen a la llamada de la compañía.
Al tener el carácter oficial de voluntario, las mismas voces señalan que el apoyo a los centros comerciales se realizará fuera de las horas de trabajo. «Incluido el fin de semana», lamentan al ser consultados. Aunque en principio estarán destinados a atender a los clientes físicamente, no es descartable que presten apoyo al servicio de venta online, que durante el confinamiento prácticamente dobló su volumen de negocio.
Mientras, desde la compañía replican y aseguran esta práctica es habitual cuando comienza un periodo de rebajas. Además, el refuerzo voluntario de algunos trabajadores a la división de supermercados durante las primeras semanas de alarma fue uno de los grandes orgullos de la empresa.
No obstante, la movilidad desde las oficinas a los centros comerciales llegó para quedarse. En el último acuerdo firmado entre sindicatos y empresa, a comienzos de junio, se pactó que la empresa podía destinar a empleados de servicios centrales a tiendas hasta un 20% de su jornada anual. La medida –agrupada en un plan de flexibilidad– entrará en vigor en septiembre e implicará la posibilidad de ser destinado a cualquier establecimiento de la misma provincia. También permitirá el traspaso de trabajadores entre comercios.
El trasvase desde las oficinas de El Corte Inglés comenzó hace un año
Según explican dos fuentes internas distintas, la tendencia comenzó a cobrar importancia hace alrededor de un año, cuando cada semana se pedía el traslado de una quincena de empleados ubicados en los cuarteles generales hacia las tiendas, como ya explicó Economía Digital. Se invitaba al cambio de destino a personal de áreas tan distintas como el departamento de compras o la división de diseño, con tareas habituales muy distintas a la atención al público que se requiere en los centros comerciales.
Por ello, las mismas voces explican que más de la mitad de los trabajadores a los que se pide el traslado a los establecimientos terminan por abandonar El Corte Inglés. Eso sí, se les remunera con indemnizaciones abultadas, muy superiores a las establecidas por ley. Un portavoz de la empresa aseguró que el traslado de personal desde las oficinas centrales a los centros comerciales es una práctica “habitual” del mismo modo que se realiza a la inversa. “Ha ocurrido toda la vida, siempre de forma puntual”, matiza.
Además del impacto del coronavirus, en esta ocasión hay dos diferencias frente a los movimientos tradicionales. La primera es el volumen de los afectados, de una quincena semanal durante buena parte de 2019. La segunda: que se realiza después de consultarse con la firma de análisis AT Kearney.
El denominado proyecto Atenea es el plan de El Corte Inglés con tal de reestructurar y aligerar su plantilla en las oficinas centrales. Iniciado en febrero de 2019, el procedimiento se focalizó en las áreas de gestión, donde se podrían estar produciendo duplicidades. “La intención es que la parte administrativa sea la mínima indispensable”, señalan de forma interna.
Encargado a la consultora AT Kearney, focaliza sus esfuerzos en dos puntos: mejorará los procedimientos de cada departamento en busca de una mayor eficiencia en el día a día y tratar de conocer el porcentaje de empleados que puede abandonar las oficinas para comenzar a trabajar en las tiendas, tanto físicas como digitales. Así, los movimientos actuales coinciden con los rasgos principales del estudio.