El Corte Inglés: Las hermanas Álvarez acaban con Gimeno dos años después
El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, no acudirá al consejo extraordinario de este jueves en el que se abordará un único punto, su cese
Hoy, 14 de junio, Dimas Gimeno dejará de ser presidente de El Corte Inglés. Por primera vez en 78 años de historia, la cadena de grandes almacenes cesará a su máximo dirigente- Será en un consejo extraordinario, convocado para las 12 de la mañana, por un grupo de siete consejeros liderados por las hermanas Álvarez y supondrá un punto y aparte (no final) en la guerra en la cúpula de la empresa.
Fuentes del entorno del sobrino de Isidoro Álvarez avanzan que el mandatario no se presentará al encuentro en la sede de la calle Hermosilla. Considera que es un consejo fraudulento, que impugnará en los tribunales, y que se erige como ariete definitivo tras dos años de alta tensión en las altas esferas.
Si Dimas fue nombrado presidente en 2014 tras el fallecimiento de Isidoro, en 2016 comenzaron las trabas a su gestión. El dirigente presentó después de dos años en el cargo un plan estratégico de la mano de la consultora Bain Consulting. Se guardó en un cajón sin tan siquiera analizarse.
Doce meses después, Marta y Cristina Álvarez, hijas adoptivas de Isidoro, lideraron la retirada de las funciones ejecutivas para Dimas. En su lugar situaron a dos consejeros delegados Víctor del Pozo, cercano a ellas, y Jesús Nuño de la Rosa, el sustituto de Gimeno a partir del jueves y vinculado a la vieja guardia de la empresa.
Las hermanas Álvarez querían ganar poder; la ‘vieja guardia’, no perderlo
Los consejeros ‘de toda la vida’ han tenido un peso decisivo en el despido. Si las hermanas Álvarez querían ganar poder, Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría buscaban no perder el suyo. Con una extensa red de ejecutivos de confianza, vieron peligrar asuntos tan jugosos como la asignación de contratos.
Bajo su paraguas se encuentran divisiones como la de seguridad, sobre la que se agolpan denuncias de corrupción. Según las investigaciones, el anterior director del departamento, Juan Carlos Fernández-Cernuda, por haber adjudicado contratos a empresas de familiares como el Grupo Mega-2, encabezado por su propia madre. No obstante, las sospechas de las fuentes consultadas por Economía Digital se extienden hasta el propio Lasaga, también presidente de la Fundación Ramón Areces, el primer accionista de la sociedad (37,3%).
De aquí que dos bandos en principio alejados se unieron para derrocar a Gimeno. La tensión se escenificó esta primavera con la petición de un consejo extraordinario para echar al directivo. Finalmente el día llegó, y el orden del día tiene un punto: el cese del presidente de El Corte Inglés.
Al grupo se le sumó en los últimos días Paloma García, representante de Cartera Mancor (7%), e íntima de Marta Álvarez. Un papel neutral mantuvieron hasta la fecha el independiente Manuel Pizarro y el hombre del jeque Hammad bin Jazzim bin Jaber al Thani.
Los tribunales ya esperan al consejo
Fuentes del entorno del mandatario explicaban el martes a Economía Digital que «en breves se presentará una demanda contra el consejo del 14 de junio». No obstante, admiten que cualquier consecuencia legal ya entraría en vigor una vez terminado el encuentro, por lo que la salida del sobrino de Isidoro Álvarez parece inevitable.
Los argumentos que maneja el bufete de Cremades y Calvo Sotelo son dos. El primero es el formato de la petición de consejo, que se entregó por escrito el pasado 10 de mayo pero sin las firmas de los consejeros que lo solicitaban; sólo con la del secretario.
La segunda justificación es que el cese del presidente ya se trató en el último consejo ordinario de El Corte Inglés, el pasado 30 de mayo, cuando las hermanas Álvarez trataron de introducirlo en el turno de ruegos y preguntas. Finalmente, entre Antonio Hernández Gil, el secretario, y Pizarro frenaron el órdago. «Ya existe una cita en el horizonte para tratar la salida», justificaron.
Sin embargo, esta línea de actuación choca con el borrador del encuentro. Las mismas voces explican que el redactado realizado por Hernández Gil es «ambiguo» y «está plagado de mentiras». Por ello, queda por ver si podrán justificar sus demandadas en base al texto