Colau, incapaz de poner en marcha las empresas públicas de Barcelona
Aplaza la constitución del consejo de administración de Barcelona de Serveis Municipals ante el acuerdo de la oposición de reflejar con sus representantes que la alcaldesa no puede gobernar
La oposición no quiere bloquear la ciudad, pero sí constatar que el equipo de gobierno de la alcaldesa Ada Colau no tiene mayoría, y que debería mostrar una mayor cintura política si quiere gobernar. Sus 11 concejales no son suficientes. Prueba de ello es que Colau se ha visto obligada a desconvocar la reunión del Consejo de Administración de la sociedad Barcelona de Serveis Municipals, SA, que se había convocado para este viernes.
La empresa, BSM, integra a la totalidad de sociedades en las que participa el Ayuntamiento de Barcelona. Sólo el presupuesto individual de BSM es de unos 240 millones de euros, a los que se deben añadir 100 millones de euros de las empresas participadas. En total, se trata de 340 millones de euros.
La reunión se convocó el 31 de agosto, para el 4 de septiembre, y en ella se había previsto «aprobar las actas de las sesiones del 26 de febrero y del 5 de mayo de 2015 –con el anterior equipo de gobierno-; la constitución del consejo de administración; el nombramiento de los representantes de los consejos de administración en las empresas participadas» y otras cuestiones administrativas adicionales.
Es decir, el objetivo era poner en marcha las empresas públicas de Barcelona con el nuevo gobierno municipal.
Sociedades cien por cien municipales o participadas
Son sociedades como Cementiris de Barcelona, participadas en un 100% por BSM; Patsa, (Parque de Atracciones del Tibidabo) también con un 100%; Tersa, (empresa de tratamiento y selección de residuos) con un 58,6% en manos de BSM y un 41% de la AMB; Mercabarna, con la participación de BSM en el 50,7%, más un 36,8% de Mercasa y un 12,2% del Consejo Comarcal del Barcelonès; de Bamsa, (aparcamientos) con el 40% de BSM y el 60% de Saba; y Memora; Catalana d’Iniciatives, GL Events y Ecoenergies, con participaciones minoritarias.
En todas ellas, el equipo de gobierno de Barcelona en Comú no tiene mayoría en los consejos de administración. Lejos de buscar complicidades, la alcaldesa Ada Colau ha dado muestras, según las fuentes conocedoras del nuevo equilibrio de fuerzas, de una cierta prepotencia. Y se ha encontrado con un «golpe de realidad».
Ninguneo a los grupos
Es decir, la oposición, lo que incluye a CiU, PSC, ERC, PP y Ciutadans, menos la CUP, que se ha mostrado indiferente, han querido que se mostrara en cada una de esas empresas la imagen del nuevo consistorio. Tanto el PSC como Ciutadans se mostraron muy molestos en el momento de elaboración del cartapacio. Colau, además, apenas tiene contacto con los concejales de Ciutadans, a pesar de ser la tercera fuerza política. Existe «un ninguneo claro», se expresa.
En BSM, por ejemplo, la sociedad madre del resto de empresas públicas, existe un consejo de administración de 15 miembros, que, en algunos casos, son concejales. Eso quiere decir que en esas empresas todavía habrá representantes del anterior equipo de gobierno hasta que se nombren los nuevos equipos gestores. De esos 15, a Barcelona en Comú le corresponden cuatro; a CiU 4; a Ciutadans, dos; a ERC dos, al PSC uno, al PP uno, y a la CUP también uno.
Mantener a los directores generales
Dicho de otro modo: Colau no tiene mayoría en una sociedad vital para el funcionamiento de las empresas de la ciudad. Y ocurre lo mismo en cada una de las empresas particpadas por BSM, con representantes de cada fuerza política, con una proporción similar a la situación política en el consistorio.
Toda la oposición salvo la CUP, que lleva su propia estrategia, insiste en que no desea bloquear nada, y que el objetivo es hacer ver a Colau que puede votar en bloque en contra de las decisiones del equipo de gobierno.
Una de las decisiones que podrían adoptar, conjuntamente, es preservar el nombramiento de los directores generales de todas esas empresas, al entender que deben tener continuidad.
En busca de apoyos
Por ahora, no hay una nueva fecha para la constitución del consejo de administración de BSM, ni del nombramiento de los respresentantes de los consejos de administración en las empresas participadas. Es el precio que está pagando Colau al actuar, según la oposición, como si tuviera la fuerza suficiente para gobernar cuando no la tiene, porque sólo obtuvo 11 concejales.
¿Solución? En los próximos meses, Barcelona en Comú podría buscar algún acuerdo de estabilidad con algún grupo municipal. Pero, por lo menos hasta después de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, eso no parece realista. Colau sabe ahora que le será difícil gobernar, y que no puede tener paralizadas a las empresas públicas y participadas de la ciudad.