Cabreo en el Área Metropolitana con Trias por la futura empresa energética pública
El ayuntamiento quiere cambiar los estatutos de Tersa, firma que trata los residuos de la capital catalana y sus ciudades colindantes, para constituir un operador municipal de energía
El Ayuntamiento de Barcelona ha arrancado el proyecto de constituir una empresa energética pública que abastezca su propio consumo. La hoja de ruta trazada, fruto del pacto entre CiU y ERC en torno a los presupuestos municipales, requiere un cambio de estatutos de la firma Tractament i Selecció de Residus SA (Tersa), propiedad en un 60% del consistorio y en un 40% del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
El Ejecutivo municipal de Xavier Trias planea ejecutar la operación la semana próxima. El viernes 27 está prevista la reunión mensual del consejo de administración de TERSA. No obstante, cuando se convocó, el consistorio no contaba con la oposición y posterior cabreo de la AMB.
¿Qué es Tersa?
Fuentes del organismo supramunicipal –que está presidido por Trias aunque con una fuerte presencia del PSC en el resto de cargos– aseguran que el Consistorio no ha tenido en cuenta su opinión en esta operación. «Han notificado el cambio de estatutos sin preguntar nuestra valoración. Si se va a utilizar a Tersa, que también es propiedad de toda la zona metropolitana, se debería consultar primero», afirman. Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado hacer valoraciones al respecto y se ha limitado a decir que pronto se informará sobre la iniciativa.
Tersa es una compañía especializada en el tratamiento de los residuos municipales. Entre otros activos, la firma cuenta con una planta de valorización energética que aprovecha el procesamiento de los deshechos para generar energía eléctrica y vapor para la industria. «Se trata de combinar esta fuente de energía con otras de titularidad municipal, como pueden ser las placas solares que hay por la ciudad, para hacer autoconsumo», explican fuentes cercanas al proyecto.
Mecanismo
Hasta la fecha, Tersa –así como las otras fuentes de energía de la ciudad– vierte en la red la electricidad que produce. Posteriormente, el ayuntamiento acude a los mercados y compra la energía que necesita a través de una comercializadora. El proyecto del Operador Municipal de Energía (OME) supone no vender a los mercados la energía que se produce, sino suministrarla para usos públicos. «El autoconsumo supone un gran ahorro. Para empezar, te descuentas el IVA que se aplica en la factura», añaden las citadas fuentes.
No obstante, existen problemas. La producción energética de la ciudad no es suficiente así que se debería acudir a los mercados. La ley impide que la futura OME compre energía, así que el Ayuntamiento se plantea licitar un contrato de comercializador intermediario para suplir la parte que no se consiga abarcar con los medios propios.
Informes internos
La pauta que el Ejecutivo municipal sigue para constituir la empresa sigue punto por punto el informe de viabilidad jurídica del OME, elaborado por la Agència d’Energia de Barcelona con fecha de diciembre de 2014. El documento apunta a que es necesario constituir una sociedad anónima como medio propio municipal para mantenerla bajo control y al servicio del Ayuntamiento. «Así puede asumir el suministro exclusivo o preferente de la electricidad del Consistorio, con carácter de comercializador de energía eléctrica».
El mismo estudio también indica que el OME podría gestionar el derecho de la electricidad verde de las instalaciones de energía renovable que pertenecen al ayuntamiento, «convirtiéndose en su titular». No obstante, advierte de que la figura del medio propio tiene restricciones. El OME no puede ofrecer sus servicios libremente en el mercado a cualquier otro potencial cliente aunque existen subterfugios legales para vender electricidad a terceros.