Codorníu aparta a Javier Pagés de la gestión
La cavista se pondrá en manos externas tras comprobar que la gestión familiar la mantiene estancada: factura lo mismo que en 2010
Tras doce años en primera línea, Javier Pagés abandona la gestión de Codorníu. Director general durante más de una década, la presión de un accionariado fraccionado hasta el átomo terminó por devorarlo hasta apartarlo en beneficio de un primer ejecutivo alejado del núcleo familiar. La empresa más antigua de España busca nuevo consejero delegado. Y que no se apellide Raventós.
Fuentes de la familia explican a Economía Digital que la decisión se tomó en el consejo de administración celebrado el lunes. “Buena parte del accionariado considera que la dirección necesita un nuevo impulso después de que las ventas no terminen de despegar”, justifican. “Se ha buscado una salida honrosa para Pagés. Que le mantenga en el consejo por todos los años en el cargo”, añaden. Así, sustituirá en la presidencia a Mar Raventós, que se jubilará a final de año.
Lo cierto es que el directivo ya arrastraba desde hace años el desafecto de buena parte del accionariado. De hecho, el 20,27% del capital votó contra su gestión en el ejercicio 2015/2016. El año anterior el volumen de accionistas contrarios alcanzó el 29,75% de los presentes. Otras voces internas señalan las dificultades de los ejecutivos a la hora de capear los enfrentamientos familiares.
El impacto de boicot y los atonos resultados de la nueva estrategia de ventas precipitaron la salida de Pagés
Son los mismos que pedían un cambio en la dirección, avanzado por Expansión, y que, tras años de insistencia, terminaron por imponerse. El detonante fueron unas ventas que no arrancan. Codorníu alcanzó unos beneficios de 11 millones en el primer semestre del año gracias al freno en las inversiones y la contención del gasto. “La cruz fue el impacto del boicot –tanto en Cataluña como en España— y una nueva estrategia de ventas, enfocada hacia botellas más caras, que tampoco está funcionando”, explican.
De hecho, en el año 2016/2017 los ingresos fueron de 236 millones de euros, un millón menos que en el 2009/2010. Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la cifra de negocios no superó los 240 millones de euros durante los últimos siete ejercicios. Mayores vaivenes dieron los resultados, aunque jamás alcanzaron las cotas deseadas por parte del accionariado: 4,7 millones de euros fue el pico más alto cosechado, mientras que unas pérdidas de 5,3 millones fueron el suelo.
«Durante su presidencia y con Javier Pagés al frente de la dirección, el grupo ha vivido una de las etapas más decisivas de su larga historia, con la compra de bodegas y viñedos, así como una expansión nacional e internacional inéditas», agradeció la empresa en un comunicado. Otras voces contradicen la versión oficial y recuerdan que durante su mandato, comenzado en 2006, el número de bodegas se ha recortado respecto a otras épocas.
Codorníu: otra vez como en 2004
Codorníu se pondrá ahora en manos de un director general externo a la familia Raventós por segunda vez en 26 años. Después de doce años de mandato de Jordi Raventós, que abandonó el consejo de la compañía en noviembre en desacuerdo por la mudanza de la sede social fuera de Cataluña, la empresa se puso en manos de Josep Forroll. Duró apenas un año hasta el nombramiento de Pagés.
Entonces, la saga catalana ya se partió alrededor del liderazgo de la firma. «La mitad de los miembros optan por una persona de la casa y la otr amitad de accionistas propone una persona externa para modernizar la empresa», explicaba entonces el consejero Ramón Ticó.