La fuga de Codorníu desencadena dimisiones entre los Raventós
El ex director general y vicepresidente Jordi Raventós abandona la cavista en protesta por el cambio de sede social a La Rioja
“Ante la incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Cataluña y con el objetivo de garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes, Codorníu ha decidido mover su sede social a La Rioja”. Con estas palabras, la cavista más antigua del mundo anunció el pasado mes de octubre su traslado; una decisión que provocó una crisis en el seno de la familia propietaria, los Raventós.
Según ha podido saber Economía Digital, el vicepresidente y antiguo director general Jordi Raventós Artes presentó inmediatamente su dimisión tras rubricarse la salida en desacuerdo con la salida de Cataluña, como así ha confirmado él mismo a este medio.
Jordi Raventós ha declinado hacer más comentarios, pero fuentes internas de la segunda empresa del sector –por detrás de Freixenet— señalan que el origen de la discusión llegó por la posibilidad de originar un boicot en Cataluña para evitar otro en España. “El discurso oficial habla de la incertidumbre política y legal, pero la realidad es que había miedo a un boicot en el resto del territorio”, explican. Con la fuga se abrió la puerta a un bloqueo entre los consumidores catalanes.
Codorníu nombrará sustituto de Jordi Raventós en la próxima junta de accionistas
Además, el antiguo ejecutivo de la sociedad presidida por Mar Raventós tenía una fecha de caducidad en el consejo de administración. Con 68 primaveras a la espalda, al ejecutivo sólo le quedaban dos años en el órgano decisorio ya que los sillones deben ser ocupados por menores de 70 años, según los estatutos de Codorníu.
Ante la salida, la cavista someterá el nombramiento de un sustituto a votación en la Junta de Accionistas que se celebrará el próximo 30 de noviembre. Será la primera organizada en Haro (La Rioja), la localidad a la que mudó la sede social y donde ya se ubicaba Bodegas Bilbaínas, productora de los vinos Viña Pomal, La Vicalanda y Viña Zaco.
Un portavoz de Codorníu ha confirmado que Jordi Raventós “no seguirá como consejero” pero todavía se desconoce su relevo en el cargo.
Será el único agujero a cubrir, aunque no la única voz discordante. Las mismas fuentes internas señalan que a pesar de sólo producirse una dimisión son varios los accionistas y consejeros que se mostraron contrarios al cambio de domicilio social. Un capítulo más de las tensiones en una empresa que aprobó las cuentas del ejercicio 2015-2016 con el 20,27% del capital en contra, como informó El Economista.
Jordi Raventós fue el director general de Codorníu desde 1992 hasta 2003. Fue sustituido por Josep Forroll, hasta entonces director comercial. No obstante, solo dos años después el ejecutivo fue destituido en favor de Javier Pagés, todavía al mando de la empresa más antigua de España.
Codorníu volverá a pérdidas en el ejercicio 16-17
El grupo vitivinícola que preside Mar Raventós logró en su último ejercicio disponible, cerrado el 30 de junio de 2016, un beneficio de unos 68.000 euros. Se trata de una cifra modesta para una empresa que factura más de 200 millones, pero supuso pasar página de las pérdidas de 5,4 millones del ejercicio 2014-2015. La compañía dirigida logró esta mejora del resultado pese a que los ingresos del grupo se estancaron. Codorníu facturó 235 millones de euros en el último ejercicio, cifra que mejoró muy ligeramente los 233,5 millones ingresados en el 2014-2015.
Economía Digital pudo comprobar que el grupo es viable gracias a Bodegas Bilbaínas, sociedad productora de vinos. La compañía cotizada y participada en un 93% por Codorníu aportó a los números unos beneficios de 2,65 millones de euros.
Sin embargo, el rojo volverá a las cuentas de la firma en el ejercicio 2016-2017, marcado por la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo. La sociedad volvió a rondar los 235 millones de facturación, a falta de cifras oficiales.