Coca-Cola cambia de asesores para cerrar su peor crisis laboral
La embotelladora finaliza su relación con Sagardoy y apuesta por KPMG para cerrar un conflicto laboral de cuatro años
La embotelladora europea de Coca-Cola, Coca-Cola European Partners, ha decidido cambiar de asesores laborales para liquidar definitivamente la mayor crisis laboral que ha enfrentado la marca en España.
Tras un largo proceso de conflicto judicial que mantiene desde hace cuatro años, la embotelladora de la bebida de la felicidad,Coca-Cola, quiere apaciguar los ánimos y liquidar el episodio que le ha llevado a los tribunales. Y para ello, ha decidido terminar su relación con el despacho de abogados Sagardoy para dar entrada a la consultora KPMG.
La embotelladora de Coca-Cola, presidida por la empresaria catalana Sol Daurella, fue obligada a recuperar a los trabajadores de la fábrica de Fuenlabrada (Madrid) y mantenía vivo el último pulso judicial por las reivindicaciones de casi 200 trabajadores que acudieron a los tribunales.
Cuando iba a dar la batalla por su último recurso, la compañía ha decidido cambiar de estrategia en el conflicto y ahora opta por una vía negociada con los trabajadores.
Fin del ciclo judicial
Sagardoy, el despacho de abogados que diseñó el plan de despidos de los trabajadores de las fábricas de Madrid, Asturias y Alicante, ha confirmado que la relación laboral con la embotelladora terminó por completo el pasado 31 de diciembre.
Desde enero, la gestión de la crisis laboral con los trabajadores ha comenzado a ser gestionada por los asesores de la consultora KPMG, que ha mediado para que la compañía comience a pagar los sueldos que debe a los trabajadores despedidos y que posteriormente fueron reenganchados por orden judicial.
El despacho Sagardoy ha confirmado a este diario el fin de la relación con Coca-Cola European Partners porque han concluido los trabajos que fueron encargados a la empresa. Además del conflicto laboral, Sagardoy también gestionaba temas laborales del día a día, un trabajo que también ha dejado de hacer por la finalización del contrato.
A finales de 2015, algunos medios de comunicación se hicieron eco de una supuesta ruptura repentina entre Sagardoy y la embotelladora de Coca-Cola, pero la relación se mantuvo. Había trascendido la inquietud de Coca-Cola por el daño que el conflicto estaba suponiendo a la marca que se vende como “la chispa de la vida”. A pesar de todo, la relación se prolongó dos años más.
KPMG toma las riendas
La embotelladora de Coca-Cola ha confirmado que ha encargado algunos trabajos a KPMG. Los representantes de los trabajadores ya han celebrado las primeras reuniones con los encargados de KPMG para pactar los pagos que la compañía adeuda a la plantilla de Fuenlabrada, una cantidad que equivale a entre el 5% y el 15% del salario. Los pagos comenzarán a regularizarse a partir de este mes.
KPMG ha declinado ofrecer detalles sobre su nueva relación con embotelladora con Coca-Cola. “Ni confirmamos ni desmentimos la relación”, explicaron desde la consultora.
Ahora la multinacional deberá presentar a los trabajadores un plan de viabilidad para la planta de Fuenlabrada, que ahora se ha convertido en un centro logístico donde la plantilla realiza labores de nula utilidad.
“Nos limitamos a mover botellas vacías, de forma manual como se hacía hace 50 años. Es una situación surrealista. La empresa pretendía deshacerse de nosotros y no contaba con nuestra resistencia. Ahora, tendremos que negociar de nuevo, pero no renunciaremos a que el centro vuelva a ser una fábrica o un centro mixto y deje de ser un simple almacén”, explica Juan Carlos Asenjo, presidente del comité de empresa.
Coca-Cola llamará a los representantes de Comisiones Obreras, único sindicato que no aceptó las condiciones de los despidos masivos, con indemnizaciones muy superiores a lo que estipula la ley. La empresa deberá presentar un plan para definir qué pretende hacer con su fábrica fantasma.