Carlyle pasa la tijera por Codorníu: ERE para el 10% de la plantilla
El fondo de inversión despedirá a 79 personas después de purgar a la cúpula a finales de 2018. Es el segundo ERE en dos años
En Codorníu ya saben cómo se las gasta Carlyle. El fondo de inversión estadounidense, su primer accionista, anunció este lunes a la plantilla un expediente de regulación de empleo (ERE) para 79 personas, el 10% del total de los trabajadores, con el objetivo de recortar costes y “eliminar duplicidades” en su estructura. El ajuste es el segundo en dos años, pero el primero que lleva el sello de los nuevos propietarios.
Según avanzó La Vanguardia, la empresa argumentó el despido para “focalizar los recursos en la adecuación del negocio y en el crecimiento y construcción de las marcas de mayor valor”. Así, 43 de las bajas procederán de las bodegas de Sant Sadurní d’Anoia, 26 personas saldrán del de Esplugues de Llobregat y y las últimas 10 del centro de Raimat.
En una nota enviada a la plantilla, Ramón Raventós, el nuevo consejero delegado de Codorníu, dijo que el grupo trabaja por «volver al origen y concentrar el esfuerzo en el trabajo de nuestro viñedo». «Es la única vía posible para asegurar el futuro de la compañía para generaciones venideras y del propio sector».
Carlyle asegura que el recorte se hará de forma «responsable» con un plan de prejubilaciones y programas de acompañamiento para los afectados. Llegará tres meses después de que el fondo de inversión optara por despedir a más de la mitad del comité de dirección acabando con cinco de los nueve directores generales que tenía la empresa bajo el mando de la familia Raventós.
El vehículo inversor responde así a las demandas de CCOO, el sindicato mayoritario, que cuando se produjo la compraventa en octubre exigió «garantías de futuro para los trabajadores». «Trabajaremos al máximo para intentar minimizar los posibles efectos negativos de la decisión tomada por la dirección de la empresa», contestan los representantes de los trabajadores.
El recorte a la cúpula de Codorníu
Impulsada por su accionista mayoritario, la cavista despidió en diciembre a Natalia Gómez, directora de marketing; Marta Pinart, directora de control y planificación; Álvaro Bailo, director de estrategia y recursos humanos; Xavier Farré, director de viticultura; y Pere Escolar, director de operaciones. El “ajuste organizativo” se hizo con el objetivo de ganar en eficiencia y hacer más ágil la toma de decisiones, defienden fuentes del mercado.
Se quedaron, Jaume Mariné, director financiero; Andreu Galindo, director comercial; Matteo D’Imporzano, director comercial europeo; y Diego Pinilla, director de enología, tomarán las funciones del resto de divisiones eliminadas. Completan el organigrama el propio Ramón Raventós y Alex Wagenberg, socio de Carlyle y que ocupa la presidencia de la empresa.
El segundo ERE en dos años
Codorníu ya presentó en mayo de 2017 el primer ERE del sector. El recorte afectó a 71 personas a pesar de que la compañía planteaba la salida de 93 empleados. «Es el último reajuste que se necesitará», prometió el entonces director general, Javier Pagès. No obstante, fuentes implicadas en la venta ya advertían a Economía Digital de que serían necesarios nuevos ajustes.
Carlyle compró más del 55% de Codorníu en otoño de 2018 por 390 millones de euros. Además, meses después anunció la adquisición de bodegas Gleva, propiedad de Ramón Raventós, para integrarlas en el grupo.