BBVA negociará con manga ancha el ERE de CatalunyaCaixa
El banco propone un ajuste de 2.000 empleados y el cierre de 400 oficinas
Buenas vibraciones. Las negociaciones del expediente de regulación de empleo (ERE) en CatalunyaCaixa (CX) se han iniciado este miércoles con optimismo por parte de los sindicatos y de los responsables del BBVA. Las próximas semanas serán duras y las posiciones todavía están muy alejadas, reconocen, pero la sensación de Comisiones Obreras es que el banco presenta una buena voluntad de acuerdo. Una maniobra que ya aplicó cuando abordó el ERE de Unnim tras su absorción, en la que actuó con manga ancha.
En el primer encuentro, que ha durado algo más de dos horas, la compañía ha planteado un ajuste en la plantilla de 2.000 empleados y el cierre de 400 oficinas. Los detalles de la empresa han sido escuetos, sin embargo, las bajas se repartirían entre la sede central (650) y la red de oficinas (1350) y sólo afectarían a personal de CX.
Una propuesta exagerada
El secretario general del sector financiero de CC OO, Carles Domingo, ha calificado la propuesta de «exagerada», a la espera de conocer más detalles de recursos humanos. El sindicato aguarda para ver cómo se aplicarán las prejubilaciones, las bajas incentivadas y los planes de movilidad, que se limitarán a la empresa catalana. «Según las condiciones de la Unión Europea, se debe analizar las platillas de las dos entidades», apunta Domingo, en una de las primeras discordancias.
El BBVA ya afrontó en 2012 un proceso similar tras la adquisición de Unnim. El banco y los sindicatos (CC OO era el mayoritario) pactaron unas condiciones muy celebradas por los 1.218 trabajadores que se acogieron a un plan de bajas incentivadas muy por encima de lo estipulado en la última reforma laboral.
Homogeneización de las condiciones laborales
Si bien los responsables de la entidad vizcaína no han especificado si ambas marcas se fusionarán o funcionarán por separado, las condiciones laborales se equipararán. Ello implica que los trabajadores de CatalunyaCaixa abandonarán el convenio colectivo de las cajas de ahorros y pasarán al de los bancos, en la mayoría de casos menos generoso.
Pese a todo, «las negociaciones serán duras», explican desde CC OO. La plantilla actual de CX es ya un tercio de la que en 2007 integraba Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa.