Las promesas de Soria para el coche ‘verde’ se quedan en migajas
El Gobierno aprueba un plan de ayudas a vehículos de energías alternativas dotado con 14,2 millones. Insuficiente, según el sector, para alcanzar sus objetivos
Hace ahora dos años, en junio de 2015, el Gobierno presentó a bombo y platillo un ambicioso plan para el impulso de los coches eléctricos, híbridos o propulsados por otras energías alternativas. Aunque todavía no había estallado el dieselgate –el escándalo de las emisiones de Volkswagen comenzó a revelarse en septiembre de ese año–, en aquel momento la presión por parte de la Comisión Europea para incentivar un cambio profundo en la industria del motor era creciente. Dos años después, sin embargo, la evolución parece claramente insuficiente: los incentivos públicos en España para los vehículos verdes siguen estando a años luz de la media europea.
Este viernes, ya a las puertas del verano, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha aprobado una reedición del plan Movea, principal apuesta de la administración central por este tipo de movilidad, con un recorrido de cuatro meses contados. La edición 2017 de este plan asciende a 14,2 millones de euros, con la fecha de caducidad fijada en el próximo 15 de octubre. O incluso antes, en el caso de que se agoten los fondos disponibles, según ha detallado el titular de la cartera de Energía, Álvaro Nadal, tras el Consejo de Ministros.
El dinero se destinará tanto a la implantación de puntos de recarga públicos como a subvencionar la compra de vehículos eléctricos e híbridos, además de otras formas de combustible como el gas licuado, el gas natural, la pila de combustible de hidrógeno o las propias motos eléctricas. Las patronales del sector ya han advertido que con este nivel de inversión las últimas previsiones del Ejecutivo no se cumplirán. Ni de lejos.
Combustibles alternativos: los 14,2 millones de euros en ayudas públicas subvencionarán tanto la compra de vehículos como la implantación de puntos de recarga
El predecesor de Nadal en la cartera de Energía, José Manuel Soria, cifró en 480.000 el parqué de este tipo de vehículos que circularían en España en 2020. Así consta en las propuestas de actuación del plan Estrategia de Impulso del vehículo con energías alternativas (VEA), que echó en andar en 2014. En el documento se enumera un amplio número de ideas pero sin un compromiso de inversión claro.
Falta de recursos y de plan
Desde entonces, según denuncian desde las patronales de fabricantes (Anfac), vendedores (Ganvam) y concesionarios (Faconauto), la actuación del Gobierno se ha caracterizado por su “intermitencia”. Anualmente el Ejecutivo ha ido renovando unos planes de ayuda que suman cantidades claramente inferiores a las de países como Alemania o Francia donde, por ejemplo, la tecnología eléctrica ronda el 1% del mercado, frente al 0,4% español, señalan desde Ganvam. Esta asociación califica de “testimonial” la nueva dotación presupuestaria, casi diez veces menor a la percibida por el sector en los mercados mencionados.
Desde Anfac, aunque valoran positivamente el anuncio, demandan una mayor “continuidad de estos planes” para construir una alternativa sólida a los actuales hábitos de movilidad, también desde el punto de vista de las infraestructuras. Este organismo, que agrupa a los grande fabricantes de vehículos en suelo español, reclamó hace escasas semanas a la Unión Europea una solución alternativa: la exención o la reducción del IVA en la compra de coches eléctricos. Y es que este segmento sigue siendo casi anecdótico en nuestro país: las matriculaciones trimestrales superan todavía por poco el millar.
Coches eléctricos: las matriculaciones trimestrales de este tipo de vehículos superan todavía por poco el millar
Faconauto va más allá y advierte que, dada la actual situación del mercado, la evolución de los vehículos de combustibles alternativos «no tendrá en los próximos años el desarrollo esperado». Desde la patronal de concesionarios advierten que, según sus estimaciones, en 2020, año de finalización de la estrategia de impulso a este sector, apenas se contabilizarán unas 43.900 ventas anuales de eléctricos, híbridos y derivados. Un ritmo de crecimiento que impedirá claramente alcanzar el cerca de medio millón de unidades que pronosticaba el Gobierno dos ejercicios atrás.