El efecto divisa se come 1.700 millones de ingresos de Telefónica
La depreciación del real brasileño y el peso argentino distorsiona las cuentas de la operadora pese a su buen rendimiento
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ya advirtió en noviembre que quería reducir su exposición al mercado de Hispanoamérica porque, pese al crecimiento que estaba experimentando en algunos países de la región, no había forma de batir a la inflación, a lo que se añade como extra los riesgos regulatorios y el entorno económico.
Y es que, de acuerdo a sus últimos resultados, el impacto por el efecto divisa para Telefónica fue de 1.722 millones de euros, principalmente por la depreciación del real brasileño y el peso argentino, dos mercados de la compañía con diferente posicionamiento en la estrategia global del grupo para el futuro.
La economía argentina, en primer lugar, se considera hiperinflacionaria para Telefónica desde el ejercicio 2018, por lo que el grupo ha aplicado los ajustes para Telefónica Argentina, enmarcada hasta hace poco en el cuadrante de Hispanoamérica Sur.
Es por eso que, pese a experimentar un crecimiento en términos orgánicos del 43,1%, la conversión de la moneda local a euros supuso un resulado muy distinto: la aportación de la filial en el país cayó en un 7,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
La depreciación del peso argentino borró el crecimiento de Telefónica Argentina
La compañía, no obstante, defiende que el país ha mostrado un sólido crecimiento tanto en ingresos como en oibda, medida estándar para las compañías de telecomunicaciones con el objetivo calibrar el funcionamiento del negocio.
Telefónica tiene en el mercado argentino una posición en la que intenta captar clientes y mantenerlos pese a estar en un entorno muy competitivo. En el negocio móvil ha intentado evolucionar su oferta prepago hacia packs a medida del cliente, mientras que en el fijo su prioridad es hacerse fuerte en la televisión de pago después de haber llevado a cabo un importante despliegue de fibra hasta el hogar (FTTH) en el país.
Por si el efecto divisa no fuera suficiente, la compañía de telecomunicaciones considera que en el país los riesgos macroeconómicos y cambiarios se mantienen elevados.
Los desafíos, dice en su informe, son tanto internos (proceso en marcha de reducción del déficit público en un contexto de recesión económica y elevada inflación) como externos y hacen que la economía sea «vulnerable a episodios de volatilidad de los mercados financieros».
El real brasileño también impacta en Telefónica
Brasil, a diferencia de Argentina y el resto de filiales de Hispanoamérica (Colombia, Ecuador y Perú, entre otros), ha quedado fuera del spin-off, pero tampoco ha evitado los efectos adversos de la depreciación de su moneda local frente al euro. El segundo mercado de Telefónica en ingresos a nivel global del grupo sufrió un impacto de 278 millones de euros.
Fue este motivo por el que la compañía en el país, donde mantiene una posición de liderazgo en el segmento móvil — afianzó su cuota de mercado hasta el 32,9% en diciembre, alcanzando el nivel más alto desde 2006— a través de su marca Vivo, no pudo registrar el crecimiento que realmente experimentó (1,9% en términos orgánicos).
A nivel regulatorio, en Brasil el principal riesgo al que se enfrenta el país es el de la sostenibilidad fiscal, aspecto que el gobierno está abordando mediante la aprobación de reformas estructurales y que ya ha afectado a alguna IBEX española en el país, como Banco Santander.
De momento, los procedimientos fiscales y regulatorios abiertos en Brasil ya han influido en Telefónica, fundamentalmente a lo que se refiere al impuesto brasileño que grava los servicios de telecomunicaciones (ICMS) y al Impuesto sobre Sociedades