Ada Colau halla la excusa para implantar el peaje urbano en Barcelona
La asociación privada Barcelona Global defiende el peaje urbano que ha sugerido el gobierno municipal en un nuevo informe de medidas de movilidad
El Ayuntamiento de Barcelona avisó desde mediados de 2019 que no descartaba implantar un peaje urbano si la zona de bajas emisiones que entró en vigor el pasado 1 de enero no bastaba para reducir la contaminación en la capital catalana. La medida ha quedado en el cajón tras un atropellado 2020 que ha relegado esa declaración de intenciones, pero un nuevo informe de Barcelona Global la ha rescatado como solución al reto de la movilidad.
La asociación privada sin fines de lucro ha presentado este jueves ‘El reto de la movilidad metropolitana y sostenible‘, un informe con 15 medidas desarrollado por 60 expertos en la materia que sitúa como una de las prioridades de la ciudad la implantación del peaje urbano, una medida que ha probado ser exitosa en ciudades como Londres y Copenhague para desinflar la presencia del tráfico privado en los grandes centros de población.
El informe, desarrollado con la participación de empresas y entidades como Seat, RACC, Repsol, Renfe, Abertis, Ferrocarrils de la Generalitat, Uber, Deloitte y Saba, entre otras, destaca como la tercera de sus 15 propuestas la puesta en marcha del peaje urbano, «tanto en la entrada a la ciudad como en el aparcamiento, como medida de regulación del acceso a Barcelona y de financiación del transporte colectivo».
«Tenemos clarísimo que hay un consenso entre todos los que han participado en el informe que la regulación de los accesos a Barcelona es un tema importante a abordar y que hoy no se está haciendo», ha manifestado Mateu Hernández, director ejecutivo de Barcelona Global. A su juicio, el fin de los peajes vigentes generará la «necesidad urgente» de gestionar el tráfico que entra a Barcelona y gravar a los coches que acceden a la ciudad.
La alcaldesa Ada Colau, en julio de 2019, avanzó que la zona de bajas emisiones podía no ser suficiente y deslizó la posibilidad de «estudiar otras medidas como el peaje que nos piden las entidades». La alcaldesa dio entonces un plazo de gracia de seis meses desde enero de este año para decidir si proponer otras medidas como el peaje urbano, pero la irrupción de la pandemia envió este y otros planes a un segundo plano.
Ahora, Barcelona Global presiona al Ayuntamiento. «El documento propone que se analice y estudie la manera de regular a través de los peajes y de los párkings», ha explicado Hernández, «no para implantarlo en 15 días, sino para que este debate esté sobre la mesa junto a otras propuestas». Para conseguirlo, ha hecho un llamamiento a buscar «consensos» para lograr un pacto metropolitano de movilidad que cumpla los objetivos de reducción de emisiones.
Las 15 medidas de Barcelona Global para la movilidad
Además del peaje urbano, el informe de Barcelona Global para la movilidad recoge otras 14 medidas. De entrada, urge crear un «instrumento público-privado de planificación y gestión» y propone dotar de esta competencia a la Autoridad de Transporte Metropolitano, previa entrada a su consejo de representantes del Estado y del sector privado. Como segunda prioridad señala «acelerar las inversiones» de transporte colectivo «eficiente y sostenible».
La asociación privada también sugiere crear aparcamientos metropolitanas en estaciones ferroviarias, desarollar planes de desplazamiento de trabajadores y de teletrabajo, seguir reduciendo la velocidad de los coches en el centro, convertir los parkings y las estaciones en «hubs de servicio a la movilidad y a la comunidad», y tirar del big data para «planificar y gestionar» la movilidad.
Barcelona Global también apuesta por convertir Barcelona en «referente» de la movilidad compartida y desarrollar una plataforma «dirigida a mejorar la eficiencia, la calidad del servicio, la intermodalidad y los incentivos a los usuarios de la movilidad metropolitana». Asimismo, propone «rejuvenecer y descarbonizar el parque de vehículos privados y las flotas asociadas a los servicios públicos», y «poner al día el servicio de taxi».
Finalmente, el informe señala la necesidad de crear «una red urbana que facilite y regule la distribución de mercancías en condiciones de sostenibilidad y eficiencia», integrar «plenamente» al turismo en el sistema de movilidad metropolitana y convertir la ciudad en «un laboratorio urbano de referencia en movilidad global».