Abertis salva a Atlantia en el examen de Moody’s
Moody’s revisa durante meses la nota de Atlantia por el hundimiento del puente de Génova y decide mantenerla tras la incorporación de Abertis
El hundimiento del puente de Génova en una autopista gestionada por Autostrade cortó la respiración a toda Italia. En los despachos del grupo Atlantia, propietario de Autostrade, ya hacían cálculos de lo que les podía costar, tanto por indemnizaciones como por posibles pérdidas de concesiones, pasando por el coste financiero. Del último se está salvando y, en parte, es por Abertis.
Moody’s concluyó esta semana su revisión del rating de Atlantia, que inició el pasado 22 de agosto, tras el accidente del puente que dejó 43 muertos. Después de cinco meses de estudio, la agencia de calificación ha decidido mantener a la compañía en Baa3, a un paso del bono basura, así como la de Autostrade en Baa2. Ambas, eso sí, con perspectiva negativa.
En la nota, Moody’s justifica la decisión de mantener la nota del grupo controlado por la familia Benetton por diversos motivos. Uno de ellos es la incorporación de la catalana Abertis al conglomerado de negocios de Atlantia, operación que en agosto estaba ya prácticamente cerrada pero que se ejecutó en el último trimestre de 2018.
Lo que valora la agencia de calificación de riesgo es que, con la compra de Abertis, Atlantia diversifica su negocio. “A pesar de los riesgos persistentes” en relación con las consecuencias del accidente de Génova, “el perfil crediticio de Atlantia continúa reflejando positivamente (…) los sólidos fundamentos de la red de autopistas del grupo, que, después de la adquisición de Abertis, se diversifica con autopistas en España, Francia, Chile, Brasil e Italia”, dice Moody’s.
El cambio de perímetro y la caída de la exposición a Italia son evidentes tras la compra de Abertis. Atlantia genera aproximadamente dos tercios de su ebitda con las autopistas que gestiona en Italia. Con la incorporación de la empresa catalana, en la que es socia de ACS y Hochtief, el peso de Italia cae a un tercio, con lo que el grupo estaría más cubierto ante una hipotética pérdida de las concesiones.
La agencia no se fija solo en la diversificación. También pone entre los puntos positivos “el gran tamaño” de Atlantia, que crece con Abertis, y “el enfoque a las carreteras de peaje y los aeropuertos”, ya que también gestiona el principal aeropuerto de Roma. Además, valora el “marco regulatorio razonablemente estable” y una política financiera que califica de “prudente”.
Los riesgos de Atlantia, según Moody’s
Pese a la buena noticia de mantener la nota, Moody’s alerta de varios riesgos. Ve mayor presión sobre ella respecto a las concesiones y el peligro de “litigios prolongados” y reclamaciones con “considerables costes legales”. También advierte de que la investigación del gobierno italiano sigue en marcha y que, pese a que por ahora no ha dado señales verosímiles de una revocación de la concesión, “algunos altos cargos del gobierno todavía tienen el objetivo de rescindirla”.
A nivel de negocio, la agencia también lanza advertencias a los Benetton y a Giovanni Castellucci, consejero delegado de Atlantia. Estos riesgos están relacionados con el mayor endeudamiento de la compañía para comprar Abertis, algo que intenta revertir con la venta de activos no estratégicos, como Hispasat, la mayor complejidad de su estructura y la disminución de la vida media de sus concesiones.
Salvar el rating es uno de los objetivos permanentes de toda gran compañía. De ello depende el coste de su financiación y que la empresa genere interés entre los inversores. Caer en el bono basura equivale a ser considerado una inversión de riesgo, lo que repercute en la bolsa y en los intereses que cobran los bancos que financian a las compañía.