Abengoa pospone la venta de 250 millones en activos
La multinacional debe obtener un mínimo de 420 millones en 2016, otros 50 en 2017 y casi 600 un año después
Abengoa se ha convertido en un panal de rica miel por la obligatoriedad de obtener un mínimo de 420 millones de euros en 2016 en venta de activos. Son cientos de plantas fotovoltaicas, ya en funcionamiento o en construcción, dentro y fuera de España, sobre las que existe un interés inusitado.
Procedente de desinversiones, la multinacional debe obtener un mínimo de 420 millones en 2016, otros 50 en 2017 y casi 600 un año después. Pero no hay prisa, por varias razones. La principal, que el acuerdo de refinanciación no está cerrado por completo.
Existe solo un preacuerdo, que sirvió para que el juez de lo Mercantil 2 de Sevilla otorgara el contrato de espera (standstill), hasta noviembre, que impide a los acreedores ejecutar garantías para quedarse con los activos. Solo cuando el acuerdo esté rubricado se evitaría que el juez –en el improbable caso de que Abengoa fuera concurso– pudiera revocar algunas de las ventas realizadas.
De esta manera, el grueso de las ventas se producirá a final de año, cuando el acuerdo esté sellado y no exista riesgo alguno de revocación de las operaciones efectuadas. Hasta entonces, las desinversiones serán de poco empaque, en línea con las tres realizadas en lo que va de año que han permitido ingresar unos 45 millones de euros.
Por ello, sería entre noviembre y diciembre –o, en el momento que se firme el acuerdo definitivo– cuando Abengoa cierre la parte mollar de estas desinversiones, cuantificada en unos 250 millones de euros. Así, solo serían media docena de pequeñas operaciones las que se abordarían a partir de ahora, para dejar en la caja de ingeniería sevillana unos 100 millones.
Llegar a la junta con el acuerdo sellado
Y cuándo se firmará el acuerdo definitivo. «Esto está muy parado. Hasta que no se consigan lograr todas las adhesiones de las filiales y se avengan a consensuar una redacción del texto, no será posible. Como pronto, no antes de junio «, comentan fuentes financieras próximas a las entidades aglutinadas en torno al G-6, encabezado por el Santander.
La idea que baraja Abengoa es que todo esté resuelto para antes del 30 de junio, cuando celebre su junta de accionistas.
Si para junio no está firmado el acuerdo, alguna venta podría acelerarse, ya que volverían a darse fuertes tensiones de tesorería como las acaecidas a finales de 2015 y principios de 2016, cuando no quedaba en caja dinero suficiente para hacer efectivo el pago de las nóminas.
Venta de activos o más liquidez de los bonistas
Caso de que las ventas de activos resultaran insuficientes para atender los imperiosos gastos corrientes, los bonistas se verían obligados, como se han comprometido, a poner más dinero a cambio, eso sí, de nuevas garantías. Sobre Atlantica –la filial estadounidense sobre la que Abengoa posee el 34%, casi todo ya pignorado– o sobre cualquier otro activo.
De momento, ni en abril y ni en mayo habrá problemas de caja. Los 137 millones aportados por los bonistas, los 12 millones ingresados, a principios de abril, por la venta de cuatro plantas en España a Vela Energy, y algunas operaciones que se cierren en las próximas semanas, dejan margen de maniobra suficiente.
Además de estas cuatro plantas, Abengoa había cerrado con anterioridad otras dos ventas. El traspaso de una centro termosolar en Abu Dabi a su socio local Masdar, por 30 millones, y el proyecto de un parque eólico en Uruguay a Invenergy Wind, que no permitió hacer caja, pero sí reducir 38 millones de euros de deuda y garantizar la construcción del parque por algo más de 40 millones.
Atlantica, ignorada casi en su totalidad, no se vende
Entre las desinversiones ya no estará, como en un principio se barajaba, la filial estadounidense Atlantica. Básicamente, porque el 34% de los títulos que Abengoa atesora lo son de manera un tanto ficticia, al estar pignorados. Además, seguirá sirviendo de garantía ante una parte del dinero de nuevo cuño que necesitará la multinacional en los próximos meses.
Como interesados por hacerse con activos de los mejores activos de Abengoa han aparecido grandes empresas. En su mayoría extranjeras, pero también españolas. Como Red Eléctrica (REE), que, en su junta de accionistas, dejaba caer que, en su estrategia de expansión en Perú y Chile, le vendrían como anillo al dedo los proyectos de líneas eléctricas que la multinacional sevillana se adjudicó en 2015.
Multinacionales con la vista puesta en las filiales españolas
No obstante, como sucede con otros potenciales compradores, también REE esperará a que Abengoa supere la situación de preconcurso de acreedores para lanzar una oferta por estos activos, como también lo hará la alemana Siemens, interesada en la filial Inabensa, o Ericsson, que ha puesto la vista en la subsidiaria Abentel.
Sí parece probable que, antes de que el grupo sevillano de ingeniería salga del preconcurso –incluso este mismo mes de abril–, se cierre la venta de Abengoa Bioenergía, por la que han pujado varios grupos europeos.