Elige las zapatillas perfectas para hacer ejercicio sin importar el frío o la lluvia este otoño
La amortiguación, la plantilla o la adaptación de la zapatilla al pie son factores fundamentales a la hora de practicar cualquier deporte
A pesar del descenso de las temperaturas y de que cada día anochezca antes, el ejercicio físico sigue siendo una de las grandes prioridades en el día a día de muchas personas. Muchos prefieren optar por el deporte en centros deportivos especializados para evitar el frío y, sin embargo, otros, siguen apostando por la enorme variedad de actividades al aire libre que se pueden llevar a cabo.
Independientemente del lugar, el aspecto más importante a la hora de practicar cualquier ejercicio es estar bien equipado. Y es que un buen equipamiento no solo es la herramienta ideal para practicarlo de manera efectiva, sino que también es fundamental para evitar lesiones que nos puedan pasar factura a corto, medio y largo plazo.
Dentro de todos los elementos que componen un outfit deportivo, sin lugar a dudas, el calzado es el complemento más importante, ya que en la gran mayoría de actividades deportivas son los pies los que tienen una mayor exigencia. Por ello, entre todos aquellos que quieren iniciarse en el mundo de cualquier disciplina deportiva, de la mano de catálogos tan extensos como el de Decathlon surge una duda: ¿qué calzado debo escoger para hacer ejercicio?
Aspectos imprescindibles a tener en cuenta para acertar con el calzado deportivo
Como ocurre en casi todos los aspectos relacionados con las prendas, los gustos juegan un papel fundamental. Sin embargo, y al contrario de lo que sucede con la mayoría de prendas, en lo relativo al calzado deportivo es imprescindible priorizar la comodidad por encima de lo estético. En muchos casos, ambos conceptos pueden ir de la mano, pero en los casos que no lo sea, es importante priorizar la salud.
Más allá de lo estético, cada pie es diferente. Y somos nosotros mismos los que conocemos el tipo de calzado que se adapte más a la forma de nuestro pie. Por ello, en un ejercicio de prueba y error, es fundamental conocer el corte de aquellos calzados que se adapten mejor a nuestro pie en todos los sentidos: anchura, diseño, plantilla…
Ahora sí, más allá de los factores personales, podemos toparnos con infinidad de zapatillas, cada una apostando por distintos materiales y distintos diseños, que buscan sacar el máximo provecho al calzado de una forma u otra. Y dentro de todos esos aspectos que conformar las zapatillas deportivas, la amortiguación es uno de los aspectos más importantes.
Esto se debe al hecho de que es el aspecto que hace que la zapatilla absorba el impacto de la pisada, evitando que sean nuestras rodillas o nuestros tobillos los que sufran en función del terreno en el que hagamos ejercicio. Y hay una enorme variedad de modos de amortiguación. Y dentro de este aspecto, es mejor apostar por una amortiguación de gel que una de aire, ya que en el primer caso la absorción del impacto es total, mientras que la amortiguación de aire genera un ‘efecto rebote’ que puede pasar factura a nuestras piernas.
Otro aspecto muy relevante es la densidad de la suela. A pesar de su comodidad, las suelas demasiado blandas, entre las que se encuentran las suelas de silicona o las viscolásticas, tienen un gran problema: absorben de forma magnífica el impacto de la pisada, pero, sin embargo, esto implica que el esfuerzo que debemos hacer para arrancar también sea mayor, por lo que este tipo de suelas van ligadas a un mayor desgaste físico.
Por ello, especialmente para todos aquellos que practiquen ejercicios aeróbicos, suelen apostar por plantilla de material EVA, muy utilizadas a nivel profesional para correr sobre terrenos duros, ya que no descuida la protección de nuestro pie, pero al mismo tiempo también favorece nuestro rendimiento durante el ejercicio.
Otro aspecto imprescindible a tener en cuenta es la talla del calzado. Cada marca y cada tipo de zapatilla calza nuestros pies de una forma concreta. Sin embargo, en ocasiones pecamos de elegir aquellas zapatillas que se adapten a nuestro pie como si fuera un guante. Sin embargo, en lo que respecta a la práctica de cualquier tipo de ejercicio, los expertos recomiendan apostar por una talla más holgada de lo habitual, ya que la dilatación que puede sufrir un pie a lo largo de la práctica de un ejercicio puede llegar a alcanzar incluso un centímetro, por lo que, si elegimos unas zapatillas ajustadas, es más que probable que durante la práctica del ejercicio terminen haciendo daño al pie.