La OCU se pone seria en su cruzada contra las etiquetas medioambientales de la DGT
La OCU reclama una revisión en el sistema de etiquetado medioambiental de la DGT en busca de una medición de las emisiones reales
Actualmente, a la hora de comprar un coche, son prácticamente infinitos los motivos que debemos tener en cuenta. Más allá del precio, el equipamiento, el espacio, la calidad de los materiales o los caballos, a lo largo de los últimos años la etiqueta medioambiental se ha colado entre los aspectos a tener en cuenta antes de comprar un coche nuevo.
La concienciación cada vez mayor en lo que respecta al desarrollo de tecnologías poco contaminantes, sumado al hecho de que en algunas ciudades existe un sistema que limita la movilidad de los vehículos en base a un sistema de Zonas de Bajas Emisiones, han sido aspectos claves para incrementar la importancia de este valor a la hora de comprar un coche. Pero es que, tal y como informa la OCU, no se trata de una clasificación tan sencilla.
La advertencia de la OCU respecto a la problemática de las etiquetas medioambientales
En la actualidad, conforme a la clasificación establecida por la DGT, podemos toparnos con cinco distintos en lo que respecta a las etiquetas medioambientales: A, B, C, ECO y CERO. Un análisis que, a grandes rasgos, se basa en el tipo de motor con el que cuenta cada vehículo. Un modo de clasificación que, según la OCU, termina siendo problemático debido a la existencia de inconsistencias en la clasificación.
El motivo escondido tras el reclamo de la OCU gira en torno a la consideración de una normativa considerablemente débil que no mide el nivel real de contaminación de los distintos tipos de vehículo. Por ejemplo, uno de los principales frentes de batalla entre la OCU y la DGT gira en torno a la etiqueta ECO, ya que los híbridos convencionales, que tienen ventajas en términos de emisiones y consumo a la larga requieren muchos kilómetros para que su compra termine siendo una inversión rentable.
Del mismo modo, esta etiqueta ECO también se entrega a vehículos microhíbridos, cuyos motores eléctricos no impulsan la rueda, lo que significa que están constantemente consumiendo combustible, lo cual los convierte en coches muy poco eléctricos. Y esta es una de las principales injusticias que señala la OCU en lo relativo a las distinciones entre diferentes tipos de vehículo.
¿Qué propone la OCU para solucionar el problema del etiquetado?
Como consecuencia de ello, la OCU considerada que el sistema de etiquetas perjudica a ciertos conductores, especialmente a aquellos que cuentan con coches más baratos, lo que conduce a situaciones injustas en Zonas de Bajas Emisiones. Un sistema que consideran obsoleto y que deriva en un planteamiento que no refleja realmente el nivel de contaminación de cada vehículo, lo cual era en principio la intención de la DGT.
Debido a ello, la OCU pide una revisión urgente del sistema de etiquetado con el objetivo de que las etiquetas no se basen en el modelo de vehículo, sino en las emisiones reales no solo por el tipo de motor, ya que el sistema actual supone que algunos vehículos económicos de gasolina no puedan circular por ciertas áreas, mientras que otros híbridos enchufables, que tengan un consumo mucho mayor, puedan hacerlo sin ningún tipo de problema.