Aspectos a tener en cuenta para elegir el mejor colchón para un descanso efectivo
Los materiales, el tamaño o la firmeza son aspectos claros a la hora de elegir el colchón que mejor se adapte a ti
Dentro de los muchos aspectos que juegan un papel fundamental a la hora de apoyarnos en un estilo de vida más o menos saludable, el sueño juega de manera indudable un papel fundamental. Y es que junto a una alimentación sana y un modo de vida activo, el sueño es posiblemente el otro pilar fundamental sobre el que podemos cimentar un buen estilo de vida.
No obstante, no siempre es tan sencillo. Existen ciertos problemas con los que podemos toparnos por motivos como el estrés o las preocupaciones que derivan en insomnio y no nos permiten conciliar el sueño de la forma que nos gustaría. Sin embargo, para lograr un sueño de calidad es imprescindible empezar por los cimientos, y un buen colchón es el primer paso que debemos tener en cuenta.
Y por fortuna para nosotros, en el mercado, de la mano de diversas plataformas, podemos encontrarnos con todo tipo de colchones de lujo, de la mano de los cuales lograr ese sueño efectivo. Sin embargo, no basta con tener un buen colchón. Debemos conocer nuestro cuerpo y nuestras costumbres a la hora de dormir antes de elegir el colchón, puesto que cada persona tiene unos hábitos a los que el colchón debe adaptarse.
Los consejos fundamentales para encontrar el colchón perfecto para ti
Para ello, es imprescindible tener presentes una larga lista de aspectos fundamentales para lograr el mejor sueño posible. Es fundamental conocer todos los tipos de colchones y sus ventajas: los colchones viscoelásticos alivian la presión, los híbridos brindan una mayor comodidad… Pero, a grandes rasgos, son tres aspectos básicos los que debemos tener en cuenta antes de encontrar nuestro colchón ideal.
El primero es la firmeza que queremos que tenga nuestro colchón en función de nuestras necesidades. Por ejemplo, si eres una persona con dolores de espalda, tal vez necesites un colchón más firme. El tamaño también representa un aspecto fundamental, especialmente teniendo en cuenta que ciertas personas tienden a moverse más durante la noche. Y, por último, pero no menos importante, los materiales que componen el colchón juegan un papel fundamental, pues de ellos depende la ventilación, la calidad del propio colchón…
Dicho esto, y una vez que conocemos los aspectos fundamentales, pueden surgir muchas dudas. Y como ya hemos comentado, cada persona es un mundo a la hora de conciliar el sueño de la forma más rápida y efectiva posible. No obstante, hay algunos aspectos que valen para todos, como es el caso de optar por un colchón ni demasiado duro ni demasiado blando, permitiéndole adaptarse a las curvaturas y necesidades de nuestro cuerpo, pero sin que esto implica que nos hundamos sobre él.
Dicho esto, es importante recalcar por último los distintos tipos de colchones por los que podemos apostar. En primer lugar, tenemos los colchones de látex, los cuales destacan generalmente por ser suaves y flexibles, de la mano de un diseño que reparte la presión de nuestro cuerpo de manera uniforme, siendo una opción ideal para aquellos que no disfruten de la sensación de hundirse.
Por otro lado, los colchones viscoelásticos tienen otras muchas ventajas, entre las cuales destaca una enorme adaptabilidad que permite que su espuma se amolde de manera inmediata a nuestro cuerpo, brindándonos una superficie idónea para que nuestra columna no se resienta. Si a esto le sumamos su efecto memoria, que hace que el movimiento se adapte y se aísle de una forma mucho más efectiva, estos son, sin duda, otra opción muy a tener en cuenta.
Más allá de este duopolio, podemos toparnos con los clásicos colchones de muelles, que tienen la enorme ventaja de ser muy duraderos y resistentes, además de ser una opción mucho más económica, pero de menor calidad. También los colchones de espuma son otra de las opciones por las que podemos apostar, destacando por encima del resto por ser las opciones más baratas, sin embargo, diversos expertos los desaconsejan como colchón principal debido a que no proporcionan a nuestro cuerpo la firmeza que los demás modelos sí.