Los consejos imprescindibles para adaptarte lo antes posible al cambio de hora
El cambio de hora puede provocar desajustes en los ritmos circadianos que nos pasen factura en el día a día
Como cada octubre, el cambio de hora ha llegado a nuestras vidas para poner una vez más nuestros horarios patas arriba. La madrugada del sábado al domingo, los relojes se adelantaron una hora, tal y como sucede cada año. Pero más allá del hecho de que simplemente anochezca una hora antes, se trata de un cambio con efectos sustanciales en nuestro día a día.
Aunque en un primer momento no pueda parecer tan importante, este cambio de hora puede provocar desajustes en los ritmos circadianos. Esto significa que podemos sentir ciertos cambios físicos, mentales y de conducta, provocados no por el cambio de hora en sí, sino por la disminución de la luz en cada persona, que regulan la hormona del sueño, el cual se ve enormemente afectado.
Por todo esto, y debido al cambio en nuestro horario solar, es habitual ese efecto desestabilizador en nuestra rutina, que puede llevarnos a sentir totalmente fuera de lugar durante los primeros días del cambio de hora. Sin embargo, existen algunos consejos para acelerar ese proceso de adaptación, haciendo que esa sensación de desajustes dure lo menos posible. Y hoy os hablaremos de algunos de ellos.
Aspectos a tener en cuenta para adaptarnos al cambio de hora
Entre los muchos problemas que puede conllevar este cambio de hora en nuestro día a día, destacan el cansancio, la somnolencia, una mayor irritabilidad y una larga lista de malestares o dolores de cabeza. Estos efectos, a nivel global, tienen una duración aproximada de entre 3 y 5 días, pero poniendo en práctica algunos de estos consejos, el proceso se hará mucho más llevadero.
El primer aspecto a tener en cuenta para adaptarnos lo antes posible a este cambio de hora es modificar nuestros horarios, para adaptarlos precisamente a estos ritmos circadianos. Y en primer lugar, los expertos recomiendan adelantar las comidas lo antes posible, con el objetivo de establecer nuestros horarios de alimentación conforme a este nuevo horario.
Del mismo modo, como no podría ser de otro modo, también es de vital importancia establecer una rutina de sueño efectiva lo antes posible. Esto implica marcar unos horarios fijos para acostarnos y despertarnos, con el objetivo de que nuestro cuerpo se habitúe lo antes posible a este nuevo ciclo de sueño.
Y es aquí donde aparece el problema real. Cambiar estos horarios de sueño puede resultar una tarea complicada si tenemos en cuenta todos los aspectos que se ven desajustados por este cambio de horario. Por ello debemos llevar a cabo ciertas medidas para que, cuando llegue el momento de acostarnos, la sensación de sueño nos permita conciliarlo sin ningún tipo de problema.
Por ello, hay algunos aspectos terminantemente prohibidos con este fin. Por ejemplo, los expertos recomiendan evitar las siestas durante estos primeros días. Puede resultar complicado si hemos dormido poco, pero es la forma más eficaz para que, una vez que la noche haya llegado, nuestro organismo esté agotado y pueda conciliar el sueño lo antes posible.
Del mismo modo, el ejercicio nocturno es una práctica poco recomendable si queremos adaptarnos lo antes posible a nuestro nuevo horario de sueño. Esto se debe al hecho de que este ejercicio activa nuestro metabolismo, lo cual, a la hora de ir a dormir, puede hacer que nos cueste un poco más relajar nuestro cuerpo cuando nos metemos en la cama.
Otra práctica poco recomendable es llevar a cabo cenas muy pesadas. Si bien esto es un consejo que se aplica a cualquier situación, y no solo al cambio de hora, el hecho de realizar una cena ligera implica una digestión más ligera, que hará que nuestro estómago no se sienta tan pesado a la hora de intentar dormir. Y si tenemos algún compromiso que nos haga cenar más de lo debido, un gran remedio puede ser adelantar la hora de la cena ese día, para que la digestión se haga antes de ir a dormir.
Si todo esto no da resultado, mucha gente cae en el error de recurrir a la automedicación con pastillas para conciliar el sueño. Esto es un gran error, puesto que debe ser un experto el que establezca la medicación en caso de insomnio persistente con su diagnóstico pertinente, y es que consumir este tipo de medicamentos puede generar el efecto contrario, y hacernos totalmente dependiente de esa medicación con el paso del tiempo para poder conciliar el sueño.