¿Cómo decir adiós a las agujetas después del ejercicio? Algunos consejos fundamentales
Más allá del calentamiento y los estiramientos, el frío, los masajes y algunos alimentos son de gran ayuda frente a estas agujetas
Dentro de todas las actividades que conforman nuestro día a día, el ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales que determina el estilo de vida de cada uno. La práctica de cualquier tipo de deporte o disciplina no se limita únicamente a brindarnos un rato de desconexión en el que podamos no pensar en nada, sino que, a la larga, tiene efectos sumamente positivos sobre nuestra salud.
Independientemente del día, la hora, los gustos personales y la época del año en la que nos encontremos, como vimos recientemente, son prácticamente interminables las opciones entre las que podemos apostar a la hora de elegir nuestra disciplina favorita: unos optan por el gimnasio, otros por los deportes de equipo, otros prefieren estar en contacto con la naturaleza…
En resumidas cuentas, el ejercicio es un bastión básico en cualquier vida saludable. Sin embargo, como bien dice el refranero español, quien algo quiere, algo le cuesta. Y más allá de los más que positivos efectos que el ejercicio trae consigo, existen también algunos efectos colaterales no tan positivos. Y sí, estamos hablando de las agujetas.
Los consejos básicos para acabar con los dolores después de una sesión de ejercicio
Lógicamente, aquellas personas que estén comenzando o que no estén tan acostumbradas al desgaste físico, son más propensas a sufrir agujetas que aquellas que ya tienen una cierta rutina. Unas agujetas que, en resumidas cuentas, molestan debido a la inflamación de los músculos provocadas por las microrroturas de fibras musculares tras una sesión de ejercicio, la cual nos produce esa sensación de molestia. Y hoy os hablaremos de algunos métodos para ponerles fin de forma inmediata.
Existen prácticas que evitan en gran medida la aparición de estas agujetas, como son los casos de calentar fervientemente antes de entrenar, y estirar con calma después de entrenar. Sin embargo, hoy nos centraremos en aquellos casos en los que las agujetas ya han hecho acto de presencia.
Y la solución más eficaz es también la más antigua: la aplicación de frío. Uno de esos remedios de la abuela, que consiste ni más ni menos que en el hecho de aplicar hielo sobre un paño en la zona afectada durante unos minutos, esperando a que ese frío contraste con el calor muscular y nos haga sentir alivio.
La crioterapia, o dicho de otra forma, duchas con contraste de agua fría o caliente, también es una solución sumamente útil, ya que ayudaremos a nuestro sistema a reactivar la circulación sanguínea, y de este modo no sentir las mismas molestias que antes de esta práctica.
Si esto no es suficiente, un masaje puede ser fundamental para ayudarnos a disminuir los efectos de estas agujetas. Pero no un masaje cualquier, y es que existen algunos aceites esenciales, como es el caso de la lavanda, que tienen sobre nuestros músculos un efecto relajante muscular, que actúa a la perfección contra las agujetas, aliviando en gran medida esas molestias musculares.
Aunque pueda no parecerlo, la alimentación también juega un papel fundamental contra las agujetas. Y es que los alimentos ricos en magnesio, gracias a su alto contenido en determinados minerales que se pierden durante la práctica del ejercicio, son fundamentales para ayudar a que esa recuperación muscular lleve menos tiempo. El mejor ejemplo es el plátano, que con su alto contenido en potasio será fundamental para, si no eliminarlas del todo, disminuir en gran medida los efectos de las mismas.
Si nada de esto funciona, y el dolor provocado por las agujetas impide la realización de tareas de forma normal, podemos recurrir a algún analgésico como el ibuprofeno para disminuir la sensación de dolor, al menos durante la primera noche, con el objetivo de lograr conciliar el sueño.
Unos consejos que desmienten los mitos como el de beber agua con azúcar, que ha quedado demostrado que no tiene el efecto que muchos creen. Y si bien las agujetas son inevitables después de prácticas de alto rendimiento, algunas costumbres como el calentamiento y los estiramientos, la hidratación constante, y la ingesta de determinados productos, nos ayudará a no ser víctima de las agujetas. O al menos, a hacerlas soportables.