Martín Rueda Sánchez: “Los pies son una obra de ingeniería”
Con la ayuda del “creador de la Podología 2.0 del siglo XXI” analizamos interesantes aspectos de esta parte del cuerpo como, por ejemplo, su conexión con grandes obras arquitectónicas
Pr Martín Rueda Sánchez
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Si hay una parte de nuestro cuerpo a la que no le prestamos tanta atención, o al menos la que le deberíamos prestar, posiblemente son los pies. Su importancia en nuestro organismo es fundamental, todo el cuerpo está sustentado por ellos. Son nuestros queridos sufrientes y qué mal los tratamos.
Conversamos con uno de los grandes de la podología en España, incluso podríamos decir, sin ninguna duda, que es el creador de la Podología 2.0 del siglo XXI. Se trata del Pr. Martín Rueda Sánchez, director del centro que lleva su nombre y podólogo en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallès en el que ha cuidado pies de deportistas de élite.
Entrevista al Pr. Martín Rueda Sánchez
El profesor explica que en su clínica están introduciendo programas que “rozan la inteligencia artificial”. “Está midiendo ejes articulares y grados de movilidad a una frecuencia de 240 imágenes por segundo, eso hace cinco años era impensable”.
“A veces nuestro ojo tiene alguna limitación, cuando tenemos elementos que nos están dando vectores, fuerza, u otros valores medibles, nuestra área tiene que cambiar”.
Obra de ingeniería
Si algo queda claro con las explicaciones de Rueda Sánchez es que los pies son una “auténtica obra de ingeniería”. Y para demostrarlo el profesor hace en su intervención una comparativa con joyas arquitectónicas como las bóvedas del Museo del Louvre de Abu Dabi.
“Las bóvedas que ejercen una gran presión sobre los laterales. Se sustentan porque recurre a formas geométricas: unas mallas que hacen que la tensión que genera sobre las paredes sea más pequeña. Las iglesias antiguas tenían contramuros para aguantarse, esto se aguanta sin contramuros ¿por qué? pues porque su forma estructural de malla es como la de nuestros huesos: mallas entrelazadas”.
Según detalla Rueda, las grandes estructuras recurren a sistemas trabeculares que forman mallas para disminuir el peso y aumentar la resistencia. Un ejemplo de ello es la torre Kobe Port del arquitecto Nikken Sekkei. “Esta torre es tan alta que no aguantaría su propio peso ¿Cómo consigue hacerlo? porque cuenta con una estructura en forma de mallas triangulares. Si nos fijamos es como nuestro hueso, tiene líneas de fuerza, que son los canales de Havers y que se forman día a día en función de la genética y la mecánica que actúa sobre ellos”.
No son los únicos ejemplos que menciona el profesor. En la comparativa también habla de las similitudes con otras estructuras como la Torre de Comunicaciones de Montjuïc, del arquitecto Santiago Calatrava, e incluso sobre la Casa Batlló de Gaudí.
La importancia del calzado
Detectar que una persona camina de una forma inadecuada no es una tarea sencilla, entre otras cosas, porque cuando nos sentimos observados tendemos a cambiar nuestro movimiento. ·Yo tengo mis trucos. Tenía una cámara escondida en el pasillo que vigilaba las piernas cuando entraban y luego, cuando estaban dentro y les pedía que caminaran, como se veían en la televisión, no lo hacían igual. Por lo tanto, la marcha está condicionada por los observadores” .
“Lo que no falla nunca es la medida del hueso en la camilla, es el modelo mecánico, las amplitudes articulares y el contemplar eso como una bóveda y una columna”.
A la hora de hacer un diagnóstico lo ideal es que los pacientes acudan a la consulta con el “zapato usado”. “Es como el neumático del coche. Si yo gasto mal el neumático lo primero que haré es equilibrarlo ¿por qué si gasto mal mi zapato no hago nada hasta que tengo dolor? A veces el dolor se plantea a distancia porque nadie pisa donde le duele, el cuerpo huye del dolor, inhibe el movimiento y aparece el dolor a otro nivel. Es algo que nos cuesta que las personas lo entiendan”.
