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Esther Verona: “La pérdida de un ser querido nos confronta con la muerte y nos impacta a nivel integral”
De la mano de Esther Verona, terapeuta profesional en el acompañamiento de un duelo o pérdida, afrontamos esas realidades que por ley de vida tenemos que afrontar cómo es el despedir a un familiar, a un ser querido
Esther Verona, terapeuta profesional experta en duelos
Hablamos mucho de salud en Economía Digital pero no hay que perder de vista que no hay salud sin enfermedad y no hay una vida sin, lamentablemente, una muerte. Los que ya tenemos unos años hemos tenido que pasar por momentos duros y difíciles por la desaparición de un familiar, también de amigos o de compañeros.
¿Cómo reacciona nuestro organismo, qué sucede en nuestra mente y cómo somatizamos una pérdida de estas características? Es lo que le preguntamos a Esther Verona, terapeuta profesional experta en duelos o, como a ella le gusta decirlo también, en pérdidas.
Entrevista a Esther Verona
Impacto integral
“Hay que comprender que la pérdida de alguien a quien queremos mucho o con quien hemos tenido un vínculo significativo nos confronta con la muerte y nos impacta a nivel integral”, explica Verona. Esto supone que nos puede afectar a nivel físico y nos puede provocar cansancio, falta de concentración, tensión corporal o estrés. También nos afecta a “nivel emocional” y podemos experimentar sentimientos como “rabia, culpa, tristeza o miedo”.
Además nos puede impactar a nivel espiritual, puesto que “quien es muy religioso puede tener una crisis de fe”, e incluso a nivel social. “Podemos sentirnos más solos o más acompañados e incluso estando acompañados puede pasar que no nos sintamos comprendidos porque la gente, con muy buena intención quiere ayudarte, pero si no ha pasado por algo similar es muy difícil que te entiendan”.
Según apunta la terapeuta el duelo “es un proceso natural, estamos diseñados para pasarlo”. “Cada persona tiene una manera de afrontarlo distinta. Por eso hay personas que se ponen más instrumentales, hacen cosas y sienten que con eso están pasando el proceso. Las hay más emocionales, que veremos llorar más y expresar más lo que sienten. También hay personas que, depende de la edad en que les toque pasar por algo así, como me pasó a mi, puedes sufrir como un estado de congelación”.
Este estado es una forma de “bloquear las emociones”. “Hay una intensidad muy grande, en mi caso por ejemplo, mucho miedo por la pérdida de un progenitor; al no entender lo que pasaba hay un congelamiento, es decir, congelo las emociones para sentirme segura”. En definitiva se trata de formas de supervivencia “para seguir adelante”.
Ayuda profesional
Determinar cuándo una persona requiere de ayuda profesional ante una situación es una de las grandes incógnitas a las que nos enfrentamos. Según apunta Esther Verona “en las situaciones más traumáticas de fallecimientos inesperados creo que es inteligente buscar ayuda profesional, sobre todo porque será más fácil llevar este proceso”.
“Normalmente pasan dos meses, que es la fase de duelo agudo, de shock, y más o menos una persona se está acoplando. Pero lo que es más difícil de llevar viene en los meses siguientes. Si en ese tiempo sientes que sigues con mucho malestar, mucho agotamiento, sientes que no descansas bien, ya que el sueño se altera mucho y dejas de dormir, si notas que no puedes llevar tu día a día con cierta normalidad, sientes que te bloqueas, que no puedes trabajar, que no te cuidas, ahí sí que hay que buscar ayuda profesional”.