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Hablan las empresas del Atlas de Euskadi: «Una estrategia de sostenibilidad sólida es clave para atraer talento»
Los responsables de sostenibilidad de Eroski, CAF y Vidrala participaron en una mesa de diálogo durante la presentación de la segunda edición del Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, en la que reivindicaron la descarbonización como un elemento de competitividad y un objetivo irrenunciable para la mayor parte de la sociedad
De espaldas, María Garayo, directora de Sofiver y del Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, modera el diálogo entre Irune Elorz, responsable de sostenibilidad de CAF; Galo Álvarez, director de sostenibilidad de Vidrala; y Alejandro Martínez, director de Saud y Sostenibilidad en Eroski / MITXI
La presentación de la segunda edición del Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, que tuvo lugar el pasado martes en la Sala BBK de Bilbao, incorporó un elemento adicional a la exposición de los propios resultados del estudio: la voz de las empresas participantes. Asuntos como el acoplamiento de sostenibilidad y competitividad, las exigencias del reporting, la monitorización de la cadena de suministro o los retos de futuro estuvieron presentes en el acto desde el punto de vista de las propias compañías, en una mesa de diálogo en la que participaron los responsables de estas áreas en Eroski, CAF y Vidrala.
Los tres grupos cuentan con una estrategia de sostenibilidad integrada en su desarrollo de negocio con objetivos a medio y largo plazo; accedieron a transparentar sus datos para participar en el estudio impulsado por Economía Digital y Sofiver; e identifican problemáticas comunes en la senda de la descarbonización, que se combinan con elementos específicos de sus propios sectores.
El marco de juego, en todo caso, lo definió bien Alejandro Martínez, director de Salud y Sostenibilidad en Eroski, al señalar los esfuerzos del grupo de distribución alimentaria para «hacer ese ajuste entre la competitividad empresarial y la implementación de una mirada de sostenibilidad ordenada y de ambición creciente». «No hay alternativa, porque la alternativa, como ya se ha dicho, es el colapso. Pero eso no significa que las piezas (sostenibilidad y competitividad) encajen de una manera natural, a veces tenemos que hacerlas encajar», señaló el directivo.
A la necesidad de conciliar sostenibilidad y competitividad, se suma la «enorme exigencia normativa» que afrontan todas las empresas, especialmente aquellas que tienen «cadenas de valor y suministro diversas y complejas», como una cadena de distribución «que vende y compra de todo».
No empleó Martínez un tono quejoso en sus palabras, como pudiera interpretarse, sino que dibujó el contexto en el que Eroski está trabajando con diversos objetivos, como alcanzar la neutralidad de carbono en 2050; potenciar la economía circular en colaboración con sus propios proveedores; fomentar una alimentación saludable; o desarrollar un programa de acción social y solidaridad que, según dijo, está en la esencia de un grupo de base cooperativa que vuelca el 10% de sus beneficios en cuestiones sociales.
La sostenibilidad atrae el talento
Irune Elorz, responsable de sostenibilidad de CAF, resolvió rápido el primer dilema: «Sostenibilidad es competitividad y es oportunidad», zanjó, por lo que la estrategia de su compañía pasa por «aprovechar esa oportunidad». Elorz destacó cómo el largo proceso de validación de los objetivos de descarbonización del fabricante les permitió contar con una mayor «claridad» en la «hoja de ruta a seguir» y en cómo deben abordar los «procesos productivos y los productos». Además, puso en valor el trabajo de CAF en un aspecto que a veces pasa desapercibido y que denominó «gobernanza de la sostenibilidad». «Iniciamos un proceso para tener claro dentro de la organización las responsabilidades de cada uno de los estamentos empresariales y desarrollamos un modelo de delegación de autoridad en sostenibilidad que nos ha servido para poner todo en orden, también a la hora de reportarlo», expuso.
La directiva vasca hizo especial énfasis en cómo esta tarea, que se vincula a un impacto social y ambiental positivo, también favorece a la propia compañía de puertas adentro. «Tener una estrategia de sostenibilidad sólida es cada vez más importante para atraer talento. Hay algunas encuestas que hablan de que mucha gente de las nuevas generaciones no formarían parte de una empresa que no tenga estrategia de sostenibilidad y objetivos de descarbonización sólidos, o que no piensen en las generaciones futuras», apuntó.
En Vidrala comparten esa opinión. El fabricante de envases de vidrio es un ejemplo especialmente interesante desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que realiza fundiciones a 1.600 grados que requieren de un consumo intensivo de energía y, a su vez, presenta el factor de emisión más bajo de la industria en pleno proceso de crecimiento, también mediante adquisiciones que exigen adaptar las nuevas sociedades a los estándares de sostenibilidad del grupo. «Es un reto enorme y la atracción del talento es clave para poder hacerlo, mientras que tener una buena estrategia de sostenibilidad también nos sirve para atraer ese talento», explicó Galo Álvarez, el director de sostenibilidad de Vidrala.
La compañía aborda un dilema central: cómo emitir menos siendo el fabricante que más crece en el mundo. Y cree que lo consigue, fundamentalmente, siendo competitivo. «Hemos sido competitivos sin saberlo en el pasado. Hemos producido las botellas bien a la primera, y las hemos producido más ligeras; hemos tenido los hornos más eficientes en consumo energético; hemos incorporado fuentes de generación renovable en nuestras propias instalaciones, hemos firmado PPA (acuerdos de suministro energético a largo plazo)… al final, el consumo energético eficiente está en nuestro ADN y eso nos ha hecho estar en una posición buena para descarbonizar nuestras operaciones en 2045«, expuso Álvarez, quien también aludió al trabajo para descarbonizar a los proveedores del grupo. «Hemos empezado con los proveedores de sosa, que es una materia prima que se incorpora al horno», apuntó.
El cambio de paradigma
La nueva directiva de reporte en sostenibilidad CSRD ( Corporate Sustainability Reporting Directive) también mereció las reflexiones de los ponentes, pues marca las claves en las que deberán trabajar desde ahora y en el futuro. Como explicó Alejandro Martínez (Eroski), hace más «complejo» el análisis de materialidad y obliga a destinar muchos recursos a elaborar ese «súper informe». «El CSRD no se acaba cuando has entregado el primer informe. Ahí has quemado la primera etapa, pero luego tienes que ver cómo lo mejoras, cómo lo han hecho otros, cómo cosas que has hecho de una manera menos robusta las consigues hacer de una manera más robusta en uno o dos años integrándolas en los sistemas, como si fueran las cuentas financieras, que es lo que se pretende buscar. Este será un eje de trabajo muy potente», reconoció.
Para Elorz (CAF), «la directiva no solo es reportar sino también es adaptar los sistemas y gestionar de una manera diferente integrando la sostenibilidad en la gestión y estrategia de la compañía». «Como parte de esa integración hemos revisado todo nuestro sistema de gestión, todas nuestras políticas, para adaptarnos a la CSRD«, aseguró. La responsable de sostenibilidad de CAF apuntó a las sustancias preocupantes y extremadamente preocupantes o al trabajo con las comunidades locales y la cadena de valor, como los aspectos que exigirán ampliar el enfoque y buscar la manera de contar con información de calidad. «Ir desarrollando los cimientos para tenerla ha sido, es y va a ser por un par de años la base de nuestro trabajo, al margen de las iniciativas que ya veníamos haciendo», concluyó.
Esta exigencia hace plantearse que una simplificación administrativa, «hecha con sentido», puede ser positiva, según apuntó Galo Álvarez (Vidrala), quien lamentó una cierta incertidumbre normativa y falta de seguridad por parte de las instituciones en aspectos como no trasponer a tiempo la directiva.
El viento y la corriente de fondo
En Vidrala prevén trabajar este año y en los próximos en nuevos modelos de horno con mayor aporte de energías renovables y en la aplicación de tecnología para acelerar la descarbonización. «Vemos como una matriz en la que tenemos unas palancas de descarbonización ordenadas por nivel de madurez de desarrollo de cada tecnología. Algunas son implantables desde ya, otras son más de prueba piloto y otras de I+D. La mayor parte de nuestro tiempo lo dedicamos a lo implantable, y ahí tenemos iniciativas de desarrollo de proveedores e incluso compra de tratadores de casco de vidrio para incrementar nuestro aporte a la mezcla de los hornos», dijo. Con cada tonelada de casco de vidrio se ahorran 1,2 toneladas de materia prima virgen y, además, funde a menor temperatura.
Eroski, por su parte, está preparándose para renovar sus compromisos de salud y sostenibilidad. Está previsto que a finales de este año haga balance del cumplimiento de los objetivos que se fijó para 2025, más de 60 compromisos en los que trabajó durante los últimos años y que van desde los envases reciclables al plan de descarbonización. «Estamos afanados en darle forma a los compromisos del nuevo ciclo, a esa nueva ambición ahora que hemos conseguido los vigentes. Queremos hacerlo como se hace en una organización de base cooperativa, contando con el entorno, los grupos de interés, los consumidores, los trabajadores… en definitiva, contando con todo el mundo», expuso Alejando Martínez. Para el director de Salud y Sostenibilidad de Eroski, esta tarea conjunta contribuye a construir «el alma de una organización con propósito».
El trabajo de las empresas en el desarrollo de sus estrategias de sostenibilidad coincide con un periodo de cierta incertidumbre, fundamentalmente a nivel político, respecto a la firmeza de la hoja de ruta. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pone en la presidencia de la principal potencia occidental a alguien que la cuestiona abiertamente.
Elorz recomienda evitar esa incertidumbre o dar bandazos. «Creo que Europa no tiene que perder la marca Europa. Eso es parte de lo que nos hace competitivos. No tenemos que caer en el error de pensar que ser sostenible nos resta competitividad. Todo lo que sea simplificación para requisitos de reporte, bienvenido, pero no desandar lo andado. En los mentideros donde se comentan estos temas se viene hablando de volver a una materialidad financiera exclusivamente. A mí eso me parece un error clarísimo y nos limita mucho el campo de visión. No hay empresa si no es competitiva ni futuro si no es sostenible», manifestó.
Alejandro Martínez cree que el temor a un paso atrás en el camino de la descarbonización es coyuntural y tiene que ver con un determinado clima político. «Cuando el viento deja de soplar la corriente de fondo sigue yendo a donde tiene que ir, y es hacia una sociedad que de manera clara quiere una propuesta empresarial que le permita tener una vida más sostenible, saludable, con mayor implicación de las personas y mayor devolución de valor al entorno», concluyó.