Vueling reclama a la UE que recalibre su normativa para que la gasolina eco sea económicamente «viable»
La CEO de la compañía barcelonesa, Carolina Martinoli, considera que «si las políticas suprimen la demanda, también caen los beneficios» del sector de la aviación

Carolina Martinoli, CEO de Vueling, durante su participación en el congreso ‘Routes Europe’ 2025 en Sevilla. Imagen: Routes Europe
Vueling, a pesar de estar recorriendo el camino de la transición energética, reclama también políticas a la Unión Europea que hagan «viable» el uso de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) «financiera, social y ambientalmente».
Así lo ha expresado recientemente Carolina Martinoli, CEO de la aerolínea española, en el marco del congreso ‘Routes Europe’ celebrado esta semana en Sevilla. En su compañía, según ha continuado, están «comprometidos», pero ha calificado su industria como «una de las más difíciles de descarbonizar».
Desde su punto de vista, la regulación europea «es una de las más restrictivas cuando se trata de sostenibilidad y esto afecta a todos los operadores a corto plazo». Y, aunque ha valorado la normativa como «bien intencionada», ha añadido que «necesita recalibrarse para que no vaya en detrimento de la competitividad» de las empresas.
Martinoli ha desarrollado que «la aviación es un creador de valor económico y social», pero que «necesita ayuda para transitar» a un modelo más sostenible. Si no, lo que ocurre es que «las políticas suprimen la demanda» y, como consecuencia, también «los beneficios» del sector.
La normativa, ha continuado en su intervención, debe ir enfocada a que se perpetúe la inversión desde las compañías, en vez de simplemente «castigar» a aquellas que no se acoja a las normas.
Preocupación en IAG
Este es uno de los desafíos de su sector, desde la perspectiva de la CEO de Vueling, pero también «la geopolítica es importante, la cadena de suministros ha estado afectada desde la vuelta del COVID, existe un aumento en las irregularidades del clima, y congestiones en aeropuertos y en el espacio aéreo».
Muchos de esos factores «no se pueden cambiar», ha valorado Martinoli, pero sí que «se tienen que reivindicar algunas cosas, como el coste de la sostenibilidad». En ese sentido, ha indicado que International Airlines Group (IAG), la agrupación empresarial a la que pertenece, también camina en la misma dirección.
Una de las «preocupaciones» del grupo y, más específicamente, de British Airways, es alcanzar los objetivos de 2050, especialmente los referidos al SAF.
IAG es un holding de aerolíneas que incluye a British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus, LEVEL, IAG Loyalty y IAG Cargo. Su papel, según ha descrito la CEO de Vueling, es centralizar ciertas funciones.
En concreto, el objetivo es «explorar sinergias, tanto en costes como es ingresos», y compartir buenas prácticas en torno a la flota, adquisiciones, fidelización o gestión de los recursos humanos.
Próximos pasos
Vueling, por su parte, sigue en proceso de crecimiento, y ahora mismo la meta es «mejorar la conectividad dentro de España y con el resto de Europa». Es esta la razón de intentar conectar, a continuación, Bilbao y Santiago de Compostela con Heathrow, el aeropuerto de Londres (Reino Unido).
En cuanto a Andalucía, la forma de expansión es mediante «el trabajo con diferentes entidades para desarrollar y diseñar los destinos», y no tanto la búsqueda de ciudades específicas. Aunque Vueling ha llegado al punto de que, desde que empezó a operar en Córdoba en septiembre del año pasado, ya está en todos los aeropuertos de la comunidad autónoma.
Su gran competidor es Ryanair, compañía que, además de ser la primera operadora a nivel nacional, también lo es en Andalucía. Los últimos datos ofrecidos por la Junta de Andalucía muestran que, en 2023, esta ofreció 9,6 millones de billetes en la región, lo que supone el 30% de la oferta total.
Le siguen Vueling, EasyJet y Transavia, con 7, 2,7 y 1,8 millones de asientos ofrecidos en 2023, respectivamente.