Isidro Rubiales y los empleados de Unicaja: primer año de un CEO «abierto al diálogo»

Isidro Rubiales, CEO de Unicaja, presentó el pasado día 30 los resultados financieros del primer semestre de 2024 de la entidad bancaria, en fechas parecidas a las que fue elegido el año pasado para el cargo que posee actualmente. Para los trabajadores, su nombramiento fue «un punto de inflexión», según indican fuentes de sindicato Cesica a Economía Digital, porque ha estado mucho más «abierto al diálogo» que directivos anteriores. 

Rubiales fue escogido consejero delegado a finales de julio de 2023, en sustitución de Manuel Menéndez, que procedía de Liberbank. El día 20 de septiembre fue cuando el actual directivo empezó a operar como tal, tras la autorización del Banco Central Europeo. 

Desde entonces, se dio un giro de 180 grados en la comunicación de la entidad financiera con sus empleados. Antes, según indica Cesica, «la relación era inexistente, se limitaba a la estrictamente legal». 

Sistema unitario de pensiones

Los principales desafíos a los que se enfrenta Unicaja es llegar a un acuerdo en cuanto al pago de incentivos de 2023, que sigue pendiente de completarse; y un sistema de pensiones unitario para todos los empleados. 

Este segundo desacuerdo se ocasiona por la variedad de los orígenes de los empleados, «procedentes de diferentes cajas y de Liberbank», ha explicado Cesica. Cada uno de los bancos tenía su sistema de pensiones propio, por lo que se vio necesario hacer una comisión de control. 

El conflicto empieza con la constitución de ese grupo. Los sindicatos defienden que debería estar compuesta, en su mayoría, por trabajadores. Desde su punto de vista, los empleados son los «dueños del patrimonio que se gestiona», valorado en algo más de 1.000 millones de euros. 

Unicaja busca una paridad, proponiendo incorporar a representantes y directivos de la empresa. Los motivos, según explica el sindicato, pueden pasar por la cantidad del capital que se manejaría, siendo uno de planes de pensiones «más grandes de España». Esto, continúan las fuentes de Cesica, «puede provocar sinergias interesantes, que controlarían mejor si tuviesen peso en la toma de decisiones». 

Aunque se reunieron directivos de Unicaja con los trabajadores involucrados «el lunes pasado, no se llegó a un acuerdo». 

Impago de incentivos

En cuanto a la problemática de los incentivos, sigue sin resolverse, incluso tras una inversión de unos 20 millones de euros en los salarios a lo largo de los primeros seis meses del año. 

A finales de abril de este año, la cúpula del banco informó a través de una circular interna de que no abonaría la paga variable correspondiente a 2023 por no cumplirse los objetivos fijados.  

Muchos de los empleados criticaron la decisión de Unicaja, ya que, según fuentes sindicales a las que accedió este periódico, no eran conscientes de las «restricciones generales» de las que hablaba la entidad. 

Una parte de los empleados sí se vio beneficiada, según explicó Rubiales este martes: «Aquellos bloques que tenían más relación con el negocio, como los responsables de la red de oficinas». Estos directivos percibieron entre un 50% y un 60% del total previsto. 

La huelga que se convocó en mayo por esta razón fue organizada por el sindicato Suma+t, aunque no respaldada por el resto de representaciones de los empleados que operan en Unicaja (CCOO, UGT y Cesica). «No era el momento de convocar una manifestación», afirma uno de los portavoces, «y, en vez de negociar, intentaron imponer». 

Acuerdo del 27 de diciembre 

Pero algunas de las conversaciones mantenidas a lo largo del año sí han llegado a buen fin, como es el caso del acuerdo cerrado el día 27 de diciembre de 2023. 

«Se actualizaron los importes por el desempeño de responsabilidad en puestos de oficina», detalla Cesica, «y, además, también se vinculó un pago adicional dentro de una subida salarial». «Fue un acuerdo importante», concluye, porque lo venían reclamando desde la crisis de 2008. 

La llegada de Isidro Rubiales como consejero delegado de Unicaja ha supuesto un punto de inflexión también en la cúpula directiva. A las pocas semanas de la toma de su cargo, remodeló las altas esferas y se deshizo de 14 encargados de distintas áreas que procedían de la fusión con Liberbank. 

La cúpula directiva pasó de tener a cerca de una veintena de directivos de Liberbank para contar con tan solo cuatro dirigentes procedentes del banco asturiano. Tal y como apuntaron fuentes conocedoras de la situación a este diario, la llegada de Rubiales supuso una «revolución silenciosa».