Los pescadores andaluces y valencianos ven «inasumible» la resolución de la UE: «Aunque Planas ha trabajado, no es suficiente»
El sector pesquero tendrá que invertir en ajustarse a unos requisitos medioambientales, todavía sin definir, para mantener un número de días de trabajo parecido al actual
Mientras el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, destacaba los «buenos resultados» tras la negociación con la Unión Europea (UE) por el número de días de pesca al año, los propios pescadores valencianos creen que es inviable, mientras los andaluces sostienen que su trabajo «no es suficiente».
De esa manera se ha expresado el presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Fadeco), Manuel Fernández, en su conversación con Economía Digital, a lo que ha añadido que saben «que el ministro lo ha hecho lo mejor posible», pero que ellos se han ido de la capital europea «con sensación de volver a perder».
La Comisión Europea proponía reducir los días de pesca un 79%, limitándolos a una media de 27 días al año. La solución que se ha alcanzado es que con las prácticas pesqueras actuales esa cifra sea definitiva, pero, si se cumplen una serie de condiciones medioambientales, podrían ser más.
Las doce medidas todavía no las conoce ni siquiera la propia patronal, ha asegurado Fernández, sino que están «esperando a un borrador», que prevén que llegue en los próximos días. Lo que sí saben es que la Unión Europea «se agarra al cumplimiento de un aumento de mallas», lo que significa definir una red con aberturas más grandes que atrapen determinados tipos de peces.
Pero esto «no vale en todas las zonas pesqueras ni en todos los tipos de terreno», ya que el tipo de especies de cada ecosistema marino es diferente y, por lo tanto, los pescados deseados por los barcos también varían.
Dificultad de implantación
Implantar estas medidas, por lo tanto, no es tarea sencilla, según ha señalado el presidente de Fadeco, y «no todas las pesqueras se van a poder acoger», tanto por limitaciones económicas como por las del ecosistema en el que trabajen.
Ahora mismo, las cofradías afectadas en Andalucía, las que pescan en el mar Mediterráneo, son sobre todo Málaga, Almería y Motril. Por esta razón, la captura de especies como el boquerón, la gamba roja, la sardina, el choco o el pulpo se ve amenazada.
La Junta de Andalucía se une al rechazo de los pesqueros, y el consejero de Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco, ha subrayado que las nuevas medidas suponen «nuevas inversiones en un plazo de tiempo muy pequeño para lo que muchos de los pescadores no estarán preparados».
Y ha exigido al ministro que «dé un paso al frente y active todos los mecanismos posibles para intentar compensar al 100% estas inversiones y hacerlo de manera rápida».
De momento, como respuesta a la resolución de UE, la federación se reunirá de urgencia con sus homólogos a nivel nacional, antes del día 20 de diciembre, para aclarar lo que implica la normativa europea.
Falta de apoyos al Gobierno
El conseller de la misma materia en la Comunidad Valenciana, Miguel Barrachina, comparte el punto de vista de Fernández-Pacheco: «Para mantener unos días de pesca similar tienen que hacer unas inversiones inasumibles».
Esta decisión, desde su punto de vista, «ha evidenciado dos cosas: que hay un radicalismo en la Unión Europea que desconoce la costa mediterránea, y una extrema debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez».
En este segundo aspecto, ha señalado que el ministerio que lidera Luis Planas «ha sido incapaz» de encontrar los tres socios necesarios para bloquear lo impuesto por el nuevo comisario de Pesca de la UE, Costas Kadis, a pesar de saberlo con antelación.
Y ha concluido: «Es impensable una debilidad tan extrema como para que, entre los 27 países, no haya tres naciones amigas de España que impidan este terrible golpe a nuestros pescadores».
También el presidente de la Federació Nacional Catalana de Confraries de Pescadors y de Girona, Antoni Abad, ha asegurado que para los pescadores catalanes el pacto de la Comisión Europea sobre la pesca de arrastre en el Mediterráneo «es un mal acuerdo».