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Inés Rosales reduce un 11% el gasto en existencias en 2023 por la subida del precio del aceite
La compañía de repostería de Sevilla duplica las ventas en la Unión Europea y prepara el terreno para implantarse en Japón, Emiratos Árabes y Corea
La empresa de dulces tradicionales Inés Rosales, debido al aumento de los precios del aceite, tuvo que reducir un 11% sus existencias en 2023. El año pasado acumularon producción valorada en un millón de euros, lo que supone una diferencia negativa de 130.000 euros.
Así se refleja en las cuentas anuales de la compañía, depositadas en el Registro Mercantil y consultadas a través de la solución de analítica avanzada Insight View, y ha confirmado las causas Marta Torres, jefa de ventas, a Economía Digital en el marco del congreso Auténtica Premium Food Fest.
La propia auditora encargada de comprobar el informe señalaba el riesgo de la disminución de las existencias, «dado que la actividad de la entidad es productiva». Y añadía: «La valoración de los productos terminados se determina sobre la base de mediciones de los tiempos y consumos de fabricación, y estimaciones en cuanto a los criterios de reparto de los costes indirectos».
Estas dificultades no han impedido que Inés Rosales aumentara sus beneficios casi un 20% en 2023, al pasar de 1,8 millones de euros anuales a un importe de 2,2 millones. Sus ventas, el principal ingreso de la empresa, también crecieron. En concreto, la diferencia positiva entre el año pasado y 2022 fue de un 18%, alcanzando los 18 millones.
La jefa de ventas ha aclarado, además, que el aumento de la cifra de negocio es otra de las causas de esa disminución de las existencias. Y ha calificado el ejercicio pasado como «una época de ventas muy buena», a pesar de ser un «reto a nivel de compras e ingredientes».
Expansión internacional
La empresa especializada en tortas de aceite apuesta también por la internacionalización. Aunque su mercado principal en 2023 fue el nacional, que cubrió el 80% de sus ventas, aumentó mucho su peso en la Unión Europea, casi duplicando la cifra de negocios. En concreto, en 2023 vendieron más de 800.000 euros en la UE, donde destacan «Reino Unido, Alemania y Francia», según ha explicado Torres.
Sus planes de expansión para este año y el que viene van mucho más allá, y espera ampliar a Asia y Oriente Medio. En concreto, empezará a funcionar «en Japón, Emiratos Árabes y Corea». En la actualidad, se encuentra en 37 países.
El informe económico de la empresa también lo confirma: «De cara al futuro, Inés Rosales se plantea varios objetivos estratégicos para asegurar su crecimiento y consolidación en el mercado». «Entre ellos», ha añadido, «se incluyen la expansión a nuevos mercados internacionales, la diversificación de su línea de productos y la inversión en innovación y tecnología».
Origen local
Pero las tortas tradicionales de la marca tienen un origen muy local. En concreto, la empresa nació en 1910, cuando Inés Rosales, mujer que bautizó a la compañía con su mismo nombre, comenzó a hacer los dulces tradicionales de Castilleja de la Cuesta (Sevilla).
Con la ayuda de otras mujeres y trasladándolas en cestas de mimbre, empezaron a venderlas en un cruce de caminos y en la estación de trenes de Sevilla. Esto hizo que su repostería se extendiera por toda España.
Pero la repostera falleció inesperadamente en 1934, por lo que la empresa pasó a manos de un familiar y, más tarde, a su hijo, Paco Adorna Rosales. Fueron en los años siguientes cuando introdujeron nuevos productos en la marca, como la torta de polvorón, de almendra o la bizcochada.
En 1985 la empresa fue vendida a un grupo de inversores, pero no tuvo éxito hasta que cuatro accionistas relacionados con el sector compraron la empresa. De esta manera, Juan Moreno, su actual presidente, empezó a hacer cabeza en Inés Rosales.
Las tortas se siguen fabricando a mano con la misma receta que en 1910, de forma que la compañía cuenta con dos turnos de 36 personas en la línea de producción. A nivel global, Inés Rosales tiene unos 140 empleados.