Efecto boomerang del arancel de Trump: protesta Goya, la olivera estadounidense que produce en Sevilla

La empresa, de la que el 60% de su facturación procede de Estados Unidos, considera que la regulación actual es «discriminatoria contra España»

Instalaciones de Goya en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Foto: Goya

Instalaciones de la fábrica de Goya en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Foto: Goya

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La empresa dedicada a la venta de aceite y aceitunas Goya tiene nombre español y producción en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), pero origen y comercialización estadounidense. Esta mezcla es la causa de que Antonio Carrasco, director general de la filial andaluza, se queje de los aranceles a la aceituna negra de mesa que impuso Trump en 2018 y que amenazan ahora con extenderse: «Son discriminatorios contra España, se deberían imponer en todos los países de Europa». 

La tesis que plantea este responsable es que, si se aplica en más países además de España, «lo que lo pagará será el consumidor americano, pero las empresas españolas estarán en igualdad de condiciones». 

Este impuesto se aplica ahora mismo en un 31% a la aceituna negra española. Pero la previsión es, según lo anunciado por Donald Trump en su campaña, que Estados Unidos implante una tasa entre el 10 y el 12% a todas las importaciones, por lo que afectaría también a las aceitunas verdes y al aceite.

El secretario general de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa), Antonio de Mora, ha explicado a Economía Digital que, como consecuencia, el arancel a la aceituna negra subirá hasta colocarse entre un 41% y un 43%. 

En ese sentido, «el gobierno de Joe Biden no ha supuesto ninguna mejora» para el sector, ha asegurado De Mora, «aunque con un presidente proteccionista como es Trump siempre es más difícil resolver este tipo de problemas». 

Un mercado «muy difícil de sustituir» 

Ante este panorama, Goya no se plantea cambiar de foco: «Para nosotros es muy difícil sustituir el mercado americano, porque el 60% de nuestras ventas proceden de allí, así que tendremos que vivir con los aranceles como hasta ahora porque no nos planteamos cambiar el origen del aceite y las aceitunas como han hecho otras empresas». 

En 2023, la empresa con matriz en Nueva Jersey ha facturado 2.000 millones de dólares, que corresponde a unos 1.900 millones de euros, mientras que su productora en España ha superado los 37 millones en su cifra de negocio. Esto supone un crecimiento del 17%, en comparación con los 31,7 millones alcanzados en 2022.

Embotellado de aceite de oliva de Goya en su planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Foto: Goya

Pero los aranceles siguen haciendo daño a Goya y en 2023 ha bajado un 5% sus beneficios, quedándose en algo más de 1,68 millones de euros en el último ejercicio. Aun así, Antonio Carrasco ha señalado la forma de mejorar esas cifras: «Nosotros valorizamos el producto y aumentamos su calidad». Y ha asegurado que esto no lastra la demanda porque su “consumidor es principalmente latino e hispano, que es muy fiel” a sus alimentos. 

Para el próximo año, según señala la propia empresa en sus cuentas depositadas en el Registro Mercantil y consultadas a través de la solución de analítica avanzada Insight View, «se espera consolidar el volumen de operaciones y resultados obtenidos en los últimos ejercicios, así como incrementar la presencia internacional». 

Un español que emigró a Estados Unidos 

La historia de Goya comienza en 1936, cuando Prudencio Unanue fundó la empresa en Manhattan, Nueva York. Procedente de España, él y su esposa Carolina estaban convencidos del potencial de un mercado emergente para alimentos hispanos, comenzaron a distribuir productos españoles entre la comunidad hispana local

Empezaron llevando aceitunas de mesa, aceite de oliva y sardinas, pero más adelante también distribuyendo salsa de tomate y néctares tropicales, como la leche o la crema de coco, además de zumos. 

En 1974 llega la empresa a España para implantar una factoría de aceite y olivas en la provincia de Sevilla, para luego exportarlos a Estados Unidos. De esta forma, adquirió el control y el dominio sobre su cadena de suministro. 

Fue en 2011 cuando redirigió su estrategia para volver a centrarse en la aceituna y su ‘oro líquido’ originarios, además de definir como mercados prioritarios China, Japón, México, Brasil y Australia más allá de las zonas en las que ya estaba plenamente consolidada la compañía. Actualmente, la producción de cada uno de sus productos ronda los 4 millones de kilos al año. 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp