La otra cara de la nueva línea de Baleària con Tánger: FRS se queda sin ruta en Tarifa y se plantea cambiar de sede
La naviera, que forma parte del grupo danés DFDS, está a la espera de tener la fecha exacta del cese de sus operaciones y de la respuesta de la empresa alicantina
Baleària ha ganado el concurso público para operar con dos ferries eléctricos entre Tarifa y Tánger (Marruecos), pero la anterior naviera responsable de la línea, FRS, se ha quedado sin rutas en la localidad gaditana. Como consecuencia, se plantea un cambio de sede central a Algeciras.
Así lo han manifestado fuentes de la empresa de transporte marítimo a este periódico, que apuntan a esta posibilidad al no tener ahora «negocio en Tarifa». Sus otras dos líneas son Algeciras-Tánger Med, conectada también con Gibraltar, y Ceuta-Algeciras.
La compañía tampoco sabe la fecha concreta en que dejará de operar. «Eso depende de la Autoridad Portuaria de Algeciras», han explicado dichas fuentes, y «se podrá tomar una decisión más específica cuando Baleària se pronuncie sobre el número de antiguos empleados de FRS que necesita».
Ahí está «la clave», señala la naviera de origen alemán, en el momento exacto en que deje de trabajar en Tarifa para dejar paso a la empresa alicantina.
Sin compromisos
Están en juego, como consecuencia de este movimiento, 300 empleos. La compañía anunció hace unas semanas la próxima ejecución de un ERE a partir del 8 de enero, pero lo que no sabe es el número preciso de despidos que va a llevar a cabo ni de qué tipo de perfil profesional prescindirá.
La incertidumbre ha llevado al sindicato mayoritario de FRS a manifestarse para pedir esos detalles, que se haga en las mejores condiciones posibles y presionar a Baleària para que integre en su equipo a todos los despedidos.
Comisiones Obreras ya da por sentada su victoria en este último aspecto, según ha señalado recientemente el secretario general comarcal, Manuel Triano: «Sindicalistas de CCOO hemos mantenido un primer encuentro con responsables Baleària, quienes han mostrado su sensibilidad por el coste laboral del cambio de concesionaria y se han comprometido a minimizarlo mediante recolocaciones»
Sandra Cantero, la responsable de la Federación de Servicios del sindicato en el Campo de Gibraltar, también aseguró hace unos días en esta línea que «no hay un compromiso de contratación en su totalidad», pero que están «apretando» a la operadora originaria de Denia (Alicante).
La propia Baleària, según fuentes consultadas por Economía Digital, lo confirmaba: «No venía ninguna condición de personal en el contrato». Aunque sí que se ha mostrado dispuesta a actuar «como un dinamizador de la economía fortaleciendo el empleo local y ofreciendo la oportunidad de incorporarse a los equipos a todos los trabajadores con experiencia en esta ruta», según declaraciones del presidente de la naviera, Adolfo Utor.
Forma parte de la danesa DFDS
FRS Iberia, paralelamente, está presente en tres líneas actuales en Andalucía. Empezó a operar en el 2000 de la mano de FRS Moroc, ofreciendo travesías rápidas en ferry durante todo el año entre España y Marruecos a través del Estrecho de Gibraltar.
Es la única naviera que, hasta ahora, operaba todas las rutas en el Estrecho de Gibraltar. Desde el 10 de enero de este 2024, pasó a formar parte de la división de ferris de la compañía danesa DFDS.
Este grupo, que también tiene una división de logística, ha señalado en su informe del tercer trimestre de 2024 que esta «adquisición está alineada con la estrategia de DFDS de desarrollar y expandir la red de transporte, centrada en el traslado de mercancías en remolques por ferry, carretera y ferrocarril, así como en el traslado de pasajeros».
La compra, de 1.519 millones de coronas danesas (unos 204 millones de euros), ha permitido ampliar «la red de rutas mediterráneas de DFDS que hoy conecta Europa con Turquía y Túnez».
La empresa dedicada al transporte esperaba, antes de la decisión del puerto de Algeciras de dar la línea Tarifa-Tánger a Baleària, que el crecimiento del mercado de la región continuara «superando los niveles de crecimiento en el norte de Europa, respaldado por la deslocalización de las cadenas de suministro de fabricación más cerca de los mercados finales en Europa».