Alta tensión en Cádiz: las subcontratas de Cepsa y Acerinox negocian un convenio «inasumible»

Los puntos de fricción giran en torno a la reducción de jornada y los salarios, mientras los sindicatos no descartan una huelga a largo plazo si la situación no se resuelve

Detalle de las instalaciones de Cepsa de San Roque, Cádiz.

Detalle de las instalaciones de Cepsa de San Roque, Cádiz. Joaquín Corchero / Europa Press

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Se calienta de nuevo el ambiente entre las empresas del metal del Campo de Gibraltar, que trabajan para grandes compañías como Acerinox y Cepsa, y que negocian un convenio colectivo con la Confederación de Empresarios de la Provincia de Cádiz (CEC). 

Tanto UGT como CCOO, según han informado los sindicatos a Economía Digital, califican de «inasumible» la propuesta de la patronal. José Hurtado, secretario general de la Federación de CCOO de Industria de Andalucía, ha asegurado que las propuestas de ambas partes «están muy distantes una de la otra». 

Uno de los puntos que tratan los sindicatos junto a la patronal es la reducción de jornada. A nivel estatal, los trabajadores pasan de 40 horas semanales a 37,5, lo que la CEC considera que ya, de por sí, supone un incremento salarial. 

Si los salarios se mantienen y el número de horas se reduce, el precio por horas trabajadas y el sueldo sube, según su punto de vista. La patronal valora que eso ya supondría «un aumento de salario de un 6,5%», ha explicado Hurtado. 

La propuesta que plantea la CEC, en concreto, para el convenio colectivo, es que las empresas paguen un 0,4% más a sus empleados, más un 0,4% según el absentismo de cada uno. Y se sumaría otro 0,4% a los trabajadores dentro de la categoría de oficiales. 

«Pero los especialistas no tendrían ese incremento», ha afeado el secretario general de Industria de CCOO en Andalucía. «Y también quieren crear una nueva categoría, que incluye solo el 80% del salario». 

Específicamente, según ha explicado Antonio Fernández, secretario general de UGT Industria en el Campo de Gibraltar, sería un «contrato de nuevo ingreso», de forma que los empleados que entren en las empresas asociadas cobrarían durante 36 meses un 20% menos que el resto de trabajadores con las mismas tareas. 

Huelga a la vista 

Ahora mismo la CEC considera «demasiado ambicioso» el plan de los sindicatos, mientras que Hurtado valora como «raquítica» la propuesta de la patronal. Por este motivo, habrá una nueva reunión entre finales de septiembre y octubre para volver a abordar el convenio colectivo. 

Pero previamente, según ha informado Hurtado, habrá un encuentro entre CCOO y UGT para hacer una valoración conjunta y dar una respuesta a la patronal. La mesa de negociación, por lo tanto, «no se ha roto», ha aclarado. 

Pero, si la situación sigue así, Fernández ha asegurado que no descartan «una huelga» que «paralizaría la actividad y el mantenimiento» de las factorías para las que trabajan sus empresas. En el caso del Campo de Gibraltar, las principales son Acerinox y Cepsa. 

Pero el representante de UGT ha asegurado que no quieren llegar a ese extremo y que no le «gustaría que se viviese la situación que ocurrió con la negociación del anterior convenio colectivo», de la Acerinox. «Se pudo comprobar», ha añadido, «lo que el sector del metal es capaz de hacer cuando reivindica sus derechos». 

Antes de llegar a ese punto, los sindicatos pasarían «por un proceso de información a todos los delegados y trabajadores del sector para que conocieran de primera mano la situación» y ya se tomaría previsiblemente una decisión más radical. 

Continúa la tensión del sector

No hace ni tres meses que terminó la huelga de los trabajadores de Acerinox en la misma zona de Andalucía, en el Campo de Gibraltar. El conflicto comenzó cuando la empresa, por dificultades económicas, quiso pasar de un modelo de cinco turnos a otro de tres, de forma que habría que despedir a parte de la plantilla

Durante meses se sucedieron diferentes fases en la negociación, pero los trabajadores terminaron aceptando un convenio colectivo que incluía un ERTE con unas condiciones que satisfacía al 60% de los trabajadores

La votación, que tuvo lugar el 20 de junio, llegó tras 136 días de huelga, violenta en los puntos más álgidos, y más de 24 millones de euros de pérdidas para la compañía de acero inoxidable. 

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