Cepsa aumenta la apuesta por su Valle del Hidrógeno verde: invertirá 4.000 millones y generará 12.500 empleos
La Junta de Andalucía ha autorizado además este lunes a Cepsa la producción de hidrógeno y oxígeno a partir de la electrólisis del agua en Huelva
Cepsa anunció a finales de 2022 lo que sería su proyecto Valle del Hidrógeno verde, en el que invertirían 3.000 millones de euros desde ese momento hasta 2030. Pero Joaquín Rodríguez Jadraque, director de hidrógeno y energías limpias de Cepsa, en el I Foro Europeo de la Red Transnacional Atlántica, ha trasladado un nuevo dato: una inversión cercana a los 4.000 millones.
Y este proyecto suponía inicialmente la generación de unos 10.000 puestos de trabajo, pero Cepsa ha anunciado un crecimiento hasta los 12.500 empleos. El aumento de la apuesta también se aplica a las consecuencias que tiene el proyecto en cuestión, consistente en la reducción de emisiones de 6 millones de toneladas de CO₂ al año. Ahora la empresa estima que rondará los 7 millones.
Rodríguez Jadraque ha simplificado así el impacto que tendría el ‘valle verde’: «Si todo el parque móvil de una capital europea (por ejemplo, Madrid) fuera eléctrico, se evitarían menos emisiones que estos 7 millones de toneladas».
Dos plantas con 2 GW de capacidad
El plan de Cepsa consiste en la construcción de dos factorías de producción de hidrógeno verde en San Roque (Cádiz) y Palos de la Frontera (Huelva). La primera de ellas tendrá una capacidad electrólisis para descarbonización de la actividad industrial y e-amoniaco de 1 GW y aprovechará la cercanía del Estrecho de Gibraltar, que reúne el 10% del tráfico marítimo mundial.
La planta de Huelva consistirá en una planta de biocombustibles, con una capacidad de 1 GW de e-amoniaco y metanol verde, dos derivados del hidrógeno sostenible. Este mismo lunes se ha dado un paso más en la puesta en marcha de dicha fábrica, ya que la Junta ha emitido una resolución favorable para la Modificación Sustancial de la Autorización Ambiental Integrada de Cepsa.
En otras palabras, la modificación de la autorización ambiental tiene como objeto la producción de hidrógeno y oxígeno a partir de la electrólisis del agua, utilizando electricidad de origen renovable.
De este modo, todo el hidrógeno producido se suministrará a un colector nuevo para su distribución a los distintos consumidores, tanto en el interior como exteriores al Parque Energético La Rábida. Esto forma parte de lo que la empresa llama ‘anillo de hidrógeno’, que pondría «en contacto todas las fuentes con todos los usos de hidrógeno», según lo aclarado por el director de hidrógeno y energías limpias de Cepsa.
El objetivo es que la utilización de hidrógeno verde «no sea excesivamente costosa y que no haya que invertir en capacidad de almacenamiento». El pronóstico es iniciar su construcción el año que viene y empezar a funcionar en 2026 o 2027.
Uso industrial y como combustible
La compañía energética también está buscando modos de distribuir el hidrógeno verde por toda Europa. Lo ideal, según lo trasladado por Rodríguez Jadraque, sería «una red de tubos». Pero esto todavía está «lejos», y mientras tanto es mejor manejar combustibles que se puedan transportar de forma líquida.
Es el caso del metanol verde, por ejemplo, que se convierte a ese estado con una temperatura de -33 °C, frente a los -200 °C que harían falta para transformar el hidrógeno verde en un producto más manejable. En esta línea, Cepsa y el Puerto de Róterdam ya trabajan para construir el primer corredor verde entre el sur y el norte de Europa.
Según lo explicado por el directivo de la empresa, el hidrógeno verde es la solución a la descarbonización. Ha puesto como ejemplo contrario el de la electrificación, que «tiene límites». En concreto, con ese tipo de energía «es muy difícil mover un avión, un barco o un camión que tiene que recorrer grandes distancias» o «alcanzar temperaturas altas para la producción de materiales como acero, cemento o cerámica».
El hidrógeno verde salvaría estos obstáculos y ya hay muchas empresas, tanto españolas como internacionales, que ya se han comprometido a utilizar barcos de combustible cero carbono para transportar sus mercancías antes de 2040, más allá de lo que exige la normativa europea.
Son los casos de compañías como Amazon, Inditex, Patagonia, Moose, Unilever, DuPont Corporation, IKEA, Electrolux, Beiersdorf, Philips, Michelin, Brooks, Ettli o Sisley.