El PP enciende las alarmas ante el ascenso de Ciudadanos
El partido que lidera Albert Rivera pide a los populares que hagan "más autocrítica", y no se quejen ahora de que surjan propuestas de regeneración política
El foco en Podemos. El PP ha querido presentar la política española en los últimos meses como un duelo entre el Gobierno y los «chicos» de Podemos, un partido que pretende «cambiarlo todo», precisamente cuando España ha iniciado la senda de la recuperación económica.
Y Podemos entró al trapo, porque tanto el PP como la formación de Pablo Iglesias estaban interesados en arrinconar al PSOE. Pero en ese intervalo se ha colado un partido que iba tejiendo complicidades en toda España: Ciudadanos, que tiene su sede en Barcelona y su primera razón de ser en Cataluña.
Quien ejemplifica ese fenómeno es Fran Hervías, secretario de organización, que se ha pateado toda España para lograr establecer toda la organización interna del partido.
Una formación catalana con vocación española
Y el resultado, ahora, con meses por delante para las elecciones generales, se traduce en 12.000 militantes y 75.000 simpatizantes, con 350 agrupaciones en toda España y estructuras en todas las comunidades autónomas.
Todo ello ha llevado a Ciudadanos a ascender en los sondeos, con expectativas de superar el 10% de los votos. Y eso ha creado pavor en la dirección del PP, que no se le ha ocurrido otra cosa que criticar a la formación que lidera Albert Rivera por ser… «catalana».
El argumento, que ha esgrimido la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, para consumo interno de la militancia popular, y que ha seguido el vicesecretario general, Carlos Floriano, puede resultar contraproducente.
«Creo que Ciudadanos tiene una idea mucho más moderna y mejor de España desde Barcelona que el PP, que sólo conoce Cataluña por sus pactos históricos con CiU», espeta Fran Hervías.
Un proyecto de reforma en todos los ámbitos
Puede resultar un latiguillo electoral, pero Hervías añade que el PP «se equivoca de enemigo, porque lo que debería hacer es un ejercicio de profunda autocrítica, de asumir los enormes errores que han provocado proyectos de regeneración como los de Ciudadanos». Hervías señala que en las próximas semanas se irán sucendiendo proyectos de reforma, en todos los ámbitos, tras la primera presentación sobre algunas medidas económicas.
El PP, en todo caso, ha reaccionado porque el peligro real existe. Los expertos señalan que el ascenso de Ciudadanos sigue el mismo patrón que el de Podemos, con lo que se consolidaría en España un mapa con cuatro grandes fuerzas políticas, al margen del peso de cada una: PP y PSOE, perdiendo apoyos, y Podemos y Ciudadanos, en claro ascenso.
El voto de los abstencionistas, ex votantes del PP
El origen del apoyo a Ciudadanos, según marcan los sondeos, viene desde dos direcciones: los abstencionistas y el voto al PP de 2011. Lo explica el politólogo Oriol Bartomeus. «Prácticamente la mitad de los que declaran –según el último sondeo del CIS– intención de votar a Ciudadanos habían dado su apoyo al PP en las generales de 2011, y casi un 30% no había votado en esas elecciones».
Si se mira por porcentajes, el mayor corresponde al trasvase de votos de UpyD a Ciudadanos, pero si se busca el tamaño de los caladeros de votos éstos corresponden al PP y a la abstención.
Bartomeus, sin embargo, no es taxativo. Ciudadanos, que se ha nutrido de partidos pequeños, provinciales y locales de toda España que se han integrado, podría seguir subiendo, o estancarse, si esos mismos electores del PP entienden que deben regresar al partido original.
Los españoles que se decantan por Ciudadanos son ahora ex votantes del PP que, a partir del 2012, deciden que Mariano Rajoy les ha decepcionado por completo, o que habían optado por sumarse a UPyD y ahora Albert Rivera les gusta mucho más.
Un nuevo eje doble entre la izquierda y la derecha, con más matices
Es casi calcado, aunque con otras dimensiones, a lo que le ha ocurrido a Podemos, que sube, primero, gracias a la debilidad de IU, y, después se queda con el voto de ex votantes socialistas.
El economista y analista político David Lizoain comparte ese diagnóstico, y entiende el pavor del PP, que le podría llevar a perder decenas de escaños, porque Ciudadanos será fuerte en plazas que otorgan muchos diputados, como Madrid o Valencia. Pero cree que podría ser un posible apoyo del PP, que equilibrara el tablero entre un centro-izquierda y un centro-derecha.
El caso es que Ciudadanos ha visto ese hueco, y con el fichaje sonado de dos economistas de corte liberal, aunque con acentos socialdemócratas, como Luis Garicano y Manuel Conthe, entran de lleno en la competencia por un elector profesional-liberal, urbano, joven, que se inclinaba, hasta ahora, por el PP en muchas capitales de provincia españolas.
Sede en Barcelona, estructura nacional
Fran Hervías, el secretario de organización de Ciudadanos, es consciente de ese trasvase desde el PP, pero insiste en que en los sondeos, los que declaran que votarán al llamado partido de Albert Rivera, se autoubican entre el 4 y el 6, con preferencia por el 5, en una escala en la que el 0 es la extrema izquierda, y el 10 es la extrema derecha.
Es decir, son electores que se consideran de centro, con los que soñó Adolfo Suárez cuando explotó la UCD, para seguir en la carrera política con el Centro Democrático y Social, (CDS). Curiosamente, o no tanto, lo que queda de aquel partido está ahora integrado en Ciudadanos.
Hervías señala, le guste o no al PP, que Ciudadanos mantendrá su sede en Barcelona, y que tras las autonómicas y municipales del 24 de mayo el partido completará toda su estructura para toda España: un comité ejecutivo, de 20 miembros; un consejo general, de 70 miembros, y un comité de coordinación territorial, de 22 miembros, en el que estarán los 19 delegados territoriales, representando a las comunidades autónomas y a las ciudades de Ceuta y Melilla.