El retraso en rebajar el IVA del aceite encarece los alimentos más en España que en la UE

De los dos puntos de diferencia en la inflación de los alimentos entre España y la eurozona, la mitad viene explicada por el peso del aceite de oliva en la cesta de la compra

Un lineal de un supermercado español con aceite de oliva, el producto que más se ha encarecido desde 2021. EFE / Victor Casado

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Seis meses después de pactar con Junts la rebaja del IVA del aceite de oliva al 0%, el Gobierno lo aprobará finalmente en el próximo Consejo de Ministros, en el seno de la prórroga de algunas de las medidas anticrisis que expiran el 30 de junio, entre los que se incluye la rebaja fiscal a los alimentos.

Medio año después de acordarlo, los plazos se han echado encima del Ejecutivo y, en lugar de aprobarlo con la enmienda incluida al Real Decreto-Ley de finales del año pasado, que está tramitando ahora el Congreso como proyecto de ley, Hacienda remitirá un nuevo texto que, además, incluirá al aceite de oliva en el grupo de bienes de primera necesidad, que normalmente tienen el tipo superreducido del IVA al 4%.

Ahora bien, el retraso en la rebaja fiscal y el mayor peso del aceite de oliva en nuestra cesta de la compra ha provocado que, en los últimos meses, la brecha entre la inflación de los alimentos en la eurozona y la de España se haya ido ampliando, en detrimento de nuestro país.

De acuerdo con un estudio del Banco de España incluido en su último informe trimestral, este mayor peso de los productos que más se han encarecido -como el aceite de oliva- en la cesta de la compra justifican prácticamente la mitad de la diferencia entre la tasa de incremento interanual de la zona euro y de España.

Es decir, que si en España los alimentos se encarecen a un ritmo dos puntos porcentuales por encima de la tasa de la eurozona, la mitad (un punto porcentual) está explicada íntegramente por el aceite de oliva y ese «efecto composición» en nuestro país. El resto de la cesta supondría la otra mitad.

«Estamos consumiendo más de los bienes en los que más está aumentando el precio. Entre todos esos bienes, el aceite de oliva», resumió el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán.

El aceite de oliva fue incluido en la rebaja del IVA, pero pasando del tipo reducido, habitualmente al 10%, a un recargo del 5%, junto con la pasta. Este descuento se aprobó a finales de 2022 y entró en vigor en enero de 2023, junto con la rebaja al 0% de los alimentos básicos (pan, harinas, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales). Desde 2021 el aceite de oliva casi ha triplicado su precio y el consumo ha caído en un 20%.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya avanzó su intención de sacar adelante la prórroga de esta medida, que tiene un enorme coste fiscal para las arcas públicas, y a pesar de que el Banco Central Europeo, la Comisión Europea e incluso el Banco de España llevan tiempo reiterando la necesidad de evitar estas ayudas generalizadas y apostar por otras más focalizadas y con un menor coste para el erario.

La propia gobernadora en funciones del Banco de España, la subgobernadora Margarita Delgado, reiteró este mismo viernes durante su intervención en el curso de verano que organiza la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) que es necesito deshacer las medidas de apoyo y volver a crear un «colchón fiscal» ante posibles disrupciones futuras.

«Es una medida muy quirúrgica -reconoció Delgado-, pero se deben ir deshaciendo las medidas excepcionales temporales para que se pueda recuperar la capacidad fiscal en caso de potenciales crisis sistémicas futuras».

La subgobernadora recordó que cualquier modificación impositiva «tiene que ser analizada viendo cuáles son los ‘pros y cons’, cuáles son las repercusiones para el futuro y qué impactos pueden tener incentivadores y desincentivadores en determinadas áreas».

El Gobierno salió a festejar la aprobación de la medida. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró preocupada por que esta subida de los precios estuviera provocando que el consumo se fuera a ofertas «a priori más económicas, pero menos saludables».

Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró que el Ejecutivo estaría vigilante de que las cadenas de supermercados aplicaran la rebaja fiscal sobre el precio y no la aprovecharan para inflar sus márgenes.

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