Los dos consejos científicamente probados con los que cambiarás tu rutina de sueño

El experto Rusell Foster habla de dos hábitos que mejorarán en gran medida tu rutina de sueño

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Expertos alrededor de todo el mundo consideran los ciclos de sueño un factor fundamental a la hora de mantener un ritmo de vida saludable. En personas adultas, se considera que un horario de sueño adecuado gira en períodos de entre 7 y 8 horas de sueño diarias, algo que no siempre es posible.

Y no es posible porque el insomnio es un problema cada vez más recurrente en la vida de muchas personas. Se trata de un trastorno de sueño que puede venir provocado por diversos agentes externos como son el estrés, los cambios de horario o unos propios malos hábitos a la hora de ir a dormir.

Un trastorno que, además, tiene evidentes consecuencias en el día a día de las personas que lo sufren, ya que disminuye su rendimiento a la hora de ser productivo y el día a día se hace más complicado. El otro día os hablamos de un pequeño truco para conciliar el sueño en cuestión de minutos gracias a un método desarrollado por un médico estadounidense.

No obstante, si bien es cierto que ese tipo de técnicas son idóneas para momentos puntuales, el secreto de un buen ritmo de sueño gira en torno a los hábitos de cada persona. Es posible que en los casos más graves cambiar estos hábitos no sea suficiente y la persona puede requerir ayuda profesional, pero en la gran mayoría de ocasiones, existen una serie de pautas que pueden facilitar en gran medida que la persona duerma mejor.

Y son muchos los expertos en la materia que han dado infinidad de consejos sobre cómo se puede conseguir un sueño lo más plácido posible. Pero en el día de hoy, os vamos a hablar de dos métodos aportados por Rusell Foster, un neurocientífico estadounidense que trabaja estudiando los campos del sueño en la Universidad de Oxford, y es uno de los expertos más reputados en la materia. Dos consejos que giran en torno a dos momentos clave en nuestro día a día.

Evitar la exposición a la luz antes de dormir

El momento previo a la hora de ir a dormir puede ser muy determinante en cuanto a conciliar un sueño de mayor o menor calidad. Y muchas de nosotros cometemos graves errores que pueden afectar a nuestra rutina de sueño sin que ni siquiera nos demos cuenta.

Uno de ellos, es la exposición a luces de gran intensidad antes de intentar conciliar el sueño. Algo que es muy habitual entre un gran número de personas, sobre todo, teniendo en cuenta la importancia que los dispositivos electrónicos tienen en nuestro día a día.

Para una gran parte de la población es más que habitual ver la televisión antes de ir a dormir, navegar por internet, o incluso meterse a la cama con al teléfono móvil. Unos actos que, sin darnos cuenta, afectan en gran medida a la calidad de nuestro sueño, ya que, como el propio Foster asegura, “la luz brillante tiene un efecto de alerta en el cerebro humano”.

Esto quiere decir que el uso de estos dispositivos electrónicos no solo no nos ayuda a dormir, sino que nos mantiene despiertos y evita que conciliemos el sueño de forma más sencilla. Es por ello que el experto recomienda deshacerse de estos dispositivos digitales, como mínimo, media hora antes de ir a dormir. Y en caso de que los vayamos a utilizar dentro de este período, hacerlo con el brillo al mínimo, puesto que la luz que recibimos es un factor determinante.

Busca una luz radiante al despertar

Puede sonar paradójico, pero el consejo que Foster aplica a la hora de despertarnos es justo el contrario al que nos da a la hora de conciliar el sueño: someternos a una gran fuente de luz para espabilarnos.

Algo que no es tan simple como el hecho de pensar que la luz solar nos hará despejarnos y ya, sino que tiene una base científica muy concreta. La luz interrumpe la segregación de la melatonina, la hormona que nuestro cuerpo libera para que podamos relajarnos y conciliar un sueño lo más placentero posible.

Es por esto que es conveniente al despertar interrumpir la segregación de esta hormona para que nuestro cuerpo pueda proceder a activarse. Algo que tiene un efecto colateral en cómo conciliaremos el sueño por la noche, puesto que el hecho de no interrumpir la segregación de esta hormona puede hacer que nuestro reloj circadiano no sea capaz de interpretar nuestros horarios.

Dos consejos tan sencillos como efectivos con los que podremos empezar a notar un cambio en nuestros hábitos y, en consecuencia, en la calidad de nuestro sueño.

Diego Sánchez Aguado

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