Cómo combatir el phising, la gran estafa digital del siglo XXI

El phising es una práctica cada vez más común, pero existen herramientas para combatirlo

Phising: la gran estafa digital del siglo XX

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Con el paso de los años, y debido al inexorable avance de la tecnología como un factor indispensable dentro de nuestro día a día, las posibilidades que nos ofrecen los dispositivos electrónicos son cada vez mayores. Ya sea a través de aplicaciones, pequeños trucos que esconden estos dispositivos o simplemente la accesibilidad que esta tecnología nos ofrece, cada vez es más fácil llevar a cabo cualquier actividad desde nuestro teléfono móvil. Algo que nos hace estar expuestos al phising, una práctica cada vez más recurrente en el mundo de la tecnología.

Pero como suele pasar con casi todo, dentro de lo bueno siempre hay algo malo. Y como era de esperar, el asentamiento de esta tecnología como un elemento fundamental en nuestras vidas, también ha traído consigo consecuencias nocivas para los usuarios de estas tecnologías.

El phising, la consecuencia oculta de la tecnología

Y la principal consecuencia son las estafas a través de internet. Algo que recibe el nombre técnico de phising. Un término acuñado para hacer referencia a todas estas estafas llevadas a cabo a través de medios tecnológicos, ya sea a través de un correo electrónico, una red social, y, en algunos casos, aunque cada vez sean menos habituales, incluso llamadas telefónicas.

El principal peligro que conlleva este tipo de estafa es que gira en torno a una ingeniería social que no requiere de amplios conocimientos tecnológicos, lo cual la convierte en un método accesible para un gran número de personas y, por ende, más frecuente que otros tipos de estafa que requieren una mayor orquestación por arte de los ciber-delincuentes.

Con el término ingeniería social, el término hace referencia a un tipo de hurto de información en el que el estafador se hace pasar por una persona u organización de confianza para la víctima, ya sea a través de la suplantación de la identidad de una persona conocida por el remitente, o haciéndose pasar por una empresa con la que dicha víctima pueda poseer un vínculo.

En resumidas cuentas, los estafadores practicantes de dichas técnicas solo tienen que poner un cebo, a la espera de que un usuario incauto que circule por la red pique. Y el gran peligro de este tipo de estafa viene si echamos la vista atrás hacia lo comentado al comienzo del artículo, y es que, a día de hoy, utilizamos el teléfono móvil para absolutamente todo.

De este modo, a través de la información que los estafadores obtengan mediante este método, puede ser utilizada para acceder a todo el contenido de nuestros dispositivos: contraseñas, cuentas bancarias, información privada relevante…  En definitiva, a través de un simple engaño, estos estafadores pueden acceder a ingentes cantidades de dinero o material delicado.

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Es por esto que la gente debe ser educada en lo que respecta a andar con pies de plomo en lo referente al contenido con el que se interactúa en internet. El bombardeo de información en ocasiones puede resultar abrumador, pero es conveniente tener en cuenta la veracidad de la identidad del remitente de cualquier tipo de mensaje, ya sea un mensaje teóricamente enviado por nuestro banco, una compañía telefónica, una cadena de hoteles, y una enorme cantidad de etcéteras.

Herramientas para evitar esta práctica

No obstante, del mismo modo que internet ha traído consigo este nuevo tipo de estafa digital, también cuenta con algunas herramientas para que las posibles víctimas sean capaces de identificar cuándo puede encontrarse ante un fraude de este tipo.

Y es que a día de hoy podemos encontrar plataformas nativas de internet cuya función gira en torno a evitar estos posibles engaños. Y una de ellas es el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), un espacio enfocado en la investigación del mercado en lo que respecta a este tipo de actividades, así como la prestación de servicios hacia los ciudadanos para fomentar el desarrollo de esta ciberseguridad.

Yendo al grano, se trata de una plataforma dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos que busca fomentar la educación de la ciudadanía respecto a este tipo de ciberestafas, para paliar los efectos nocivos que estas pueden tener sobre la sociedad.

Una plataforma de referencia en España

Tal es su importancia, que se ha convertido en el principal referente de ciberseguridad en el país. Así lo demuestran las cifras publicadas por el Gobierno sobre las consultas realizadas hacia la plataforma a lo largo de 2021.

En total, casi 70.000 consultas recibidas a través del 017, número de teléfono proporcionado por la propia plataforma, sus canales de mensajería instantánea, puesto que cuenta tanto con servicio de Whastapp como de Telegram, como a través del formulario de su sitio web.

Instituto Nacional de Ciberseguridad.

Unas cifras que ya ascienden a más de 115.000 consultas desde que la iniciativa tomase forma allá por febrero de 2020, y que supone un promedio de aproximadamente 1.300 consultas semanales. Consultas en las que usuarios de todo tipo realizan preguntas sobre fraudes a través de fraudes online (23’7%), de suplantación de identidad (16’1%), o falso soporte de servicio técnico de diversas empresas (7’7%), entre otros muchos.

En resumidas cuentas, una herramienta de lo más útil ante un problema cada vez más vigente en la sociedad, y que en vista de que aún queda mucho por recorrer en el camino por terminar con este phising, por el momento es un servicio que nos puede ahorrar una gran cantidad de problemas.

Diego Sánchez Aguado

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