Afectados por el caso Castor demandan a una filial de ACS
Creado en el año 2008 con la intención de usar un antiguo pozo petrolífero a una distancia superior a los 1.700 metros de profundidad bajo el nivel del mar para almacenamiento de gas, los efectos del Castor siguen coleando
Un total de 123 afectados en Vinarós por el caso Castor reclaman a la «empresa concesionaria ESCAL UGS, S.L (participada mayoritariamente por ACS) y dos de sus directivos, un monto total de 1.845.000 euros, por lo daños morales producidos por la ola de pánico generalizado que se produjo a consecuencia de los 552 seísmos que se detectaron en las poblaciones afectadas».
BCV Lex, bufete de abogados que representa al grupo de vecinos afectados por el Castor y asociados como ‘Aplaca’, ha reclamado frente a la Audiencia Provincial de Castellón una compensación por persona de 15.000 euros en el mencionado juicio, según recoge Las Provincias.
Según Esther Abellán, responsable del caso, «la indemnización se plantea como la forma de resarcir a unos afectados que estuvieron sometidos durante semanas a una situación de pánico general provocada por los seísmos constantes, por conocer que los terremotos estaban provocados por la actividad en la plataforma y por la agitación social provocada durante los hechos”
Según informe del Instituto Geográfico Nacional al respecto, fueron hasta 15 movimientos sísmicos los que afectaron directamente a la zona de Vinarós, así como a otras localidades cercanas y con intensidad macrosísmica de entre II y III en la escala usada habitualmente en Europa.
15 movimientos sísmicos afectaron a los vecinos de Vinarós
ACS, a través de la compañía ESCAL UGS, S.L, obtuvo “autorización administrativa y reconocimiento de la utilidad pública de las instalaciones y servicios necesarios para el desarrollo del almacenamiento subterráneo Castor” según apunta el propio documento.
Con todo ello, se trata de subsanar los efectos colaterales causados por la plataforma para desarrollar un almacén geológica que aún sigue de pie a 22 kilómetros de la costa de Vinarós y que está conectada a la localidad mediante un gaseoducto de 30 pulgadas de diámetro enterrado en el lecho marino, de 30 kilómetros.
Todo ello fue precedido por un estudio previo que ya avisaba de los problemas que podía llegar a causar a futuro y que ahora mismo afronta un juicio más por afectados a causa del mismo.